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César Chávez: el polémico legado del Martin Luther King hispano
César Chávez: el polémico legado del Martin Luther King hispano
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César Chávez: el polémico legado del Martin Luther King hispano

30 de marzo, 2014
Por: Manu Ureste
@ManuVPC 
Michael Peña como César Chávez en una escena de
Michael Peña como César Chávez en una escena de “César Chávez” en una fotografía proporcionada por Pantelion Films. (Foto AP/Pantelion Films)

[contextly_sidebar id=”0fe60f1de2219c8e297f3a285ffa7264″]Este fin de semana llega a los cines de Estados Unidos la película “César Chávez”, el primer retrato que se ve en la gran pantalla de la vida del líder sindical mexicano-estadounidense que da nombre al filme y que en los años 60 y 70 encabezó la lucha para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores del campo en California.

La cinta -dirigida por el actor mexicano Diego Luna y protagonizada por Michael Peña, América Ferrera, Rosario Dawson y John Malkovich– ha causado gran expectativa entre los hispanos de EU, al ser César Chávez (1927-1993) uno de los líderes históricos más prominentes de la comunidad.

El estreno de la película tampoco se lo quiso perder el presidente Barack Obama, quien hace unos días organizó una proyección especial en la Casa Blanca a la que asistieron el elenco completo del filme y varios familiares de Chávez.

En el evento también se pudo ver a la activista hispana Dolores Huerta, con la que el líder sindical fundó en 1962 la actual Unión de Trabajadores Campesinos (UFW, por sus siglas en inglés), el primer gremio rural con éxito en la historia de EE.UU.

Centrada en un periodo de diez años, la película de Luna narra cómo Chávez y su sindicato encabezaron a partir de 1965 la protesta pacífica que, bajo el lema “Sí se puede”, movilizó durante un lustro a miles de trabajadores del campo de California, que hicieron que se extendiera por todo EE.UU. el famoso “boicot de la uva” que acabó obligando a los productores agrícolas a sentarse a la mesa a negociar.

La cinta -que también refleja cómo Chávez se debatía entre sus labores de activismo y su familia- cuenta además cómo se gestó la histórica marcha en la que en 1966 miles de campesinos recorrieron los cerca de 400 kilómetros que separan las localidades californianas de Delano y Sacramento, y el impacto que tuvo la huelga de hambre que Chávez protagonizó en 1968 y que le valió el apoyo de, entre otros, el malogrado político demócrata Bobby Kennedy.

Cuestionamientos

Las críticas de “César Chávez” han sido mixtas y algunos han asegurado que la cinta de Diego Luna no acaba de presentar en toda su complejidad a su personaje principal, quien a menudo es comparado con el activista estadounidense de los derechos civiles de Martin Luther King.

El hecho de que la película se estrene en un momento en el que el tema de la reforma migratoria se encuentra en la primera plana de la actualidad en EE.UU. también ha hecho que se genere un debate en torno de cuál hubiera sido la postura que habría adoptado Chávez en este asunto.

Algunos han cuestionado que se utilice su figura como ejemplo de la lucha por los derechos de los inmigrantes por las supuestas posiciones ambiguas sobre los indocumentados que Chávez mantuvo en vida.

Y es que mientras César Chávez y su sindicato luchaban para mejorar las condiciones de los campesinos presionando a los productores a través de las huelgas, estos traían desde el otro lado de la frontera a inmigrantes indocumentados mexicanos para que cultivaran los campos, limitando de esta manera la efectividad de las protestas.

Eso hizo que desde la UFW –que logró el fin del llamado Programa Bracero, que entre 1942 y 1964 permitió la llegada de trabajadores temporales desde México- se hicieran llamados para que los miembros del sindicato denunciaran ante las autoridades a los indocumentados que estaban haciendo fracasar las huelgas para que fueran deportados.

Además, en los años ’70 desde el UFW se organizaron las llamadas “wet lines” (líneas mojadas) en la frontera entre Arizona y México, y que consistían en el patrullaje de la zona por parte de grupos de afiliados a la organización para impedir el paso de inmigrantes ilegales.

Ante las críticas por la supuesta “actitud antiinmigrante” de Chávez, desde la UFW siempre han sostenido que el sindicato nunca ha hecho distinción entre trabajadores documentados e indocumentados y que su fundador nunca estuvo en contra de estos últimos, sino que se oponía a que fueran utilizados por los productores para boicotear las protestas.

Además, señalan que tanto el sindicato como el propio Chávez hasta su muerte en 1993, participaron activamente en los movimientos que en las últimas décadas han presionado para que se permita que los indocumentados en EE.UU. regularicen su situación, como el que llevó a la aprobación en 1986 de la Ley Federal de Reforma y Control de la Inmigración, que otorgó estatus legal cerca de tres millones de inmigrantes.

“Fortalezas y debilidades”

Entre aquellos que tienen una visión crítica de la figura de Chávez y la UFW se encuentra la periodista estadounidense Miriam Pawel, quien acaba de publicar “Las Cruzadas de César Chávez”, una exhaustiva biografía del líder sindical.

En su libro Pawel relata todos los logros conseguidos por Chávez y cómo con su lucha logró mejorar las condiciones laborales de los trabajadores del campo, aunque también presenta el lado más polémico del personaje.

“Como todo ser humano, Chávez tenía fortalezas y debilidades. Fue un líder histórico y en muchos aspectos un héroe, pero los héroes también tienen defectos”, asegura Pawel en conversación con BBC Mundo.

En su libro hace referencia a la llamada “Campaña de ilegales” con la que, según cuenta, se animaba a los miembros de la UFW a localizar a los indocumentados que estaban trabajando en los campos y a denunciarlos ante las autoridades.

“Es cierto que los indocumentados estaban siendo utilizados por los propietarios agrícolas para hacer fracasar las huelgas, pero sin duda se trató de una campaña controvertida y muchos miembros del sindicato se negaron a denunciar a los inmigrantes”, apunta la periodista.

La periodista también habla en su libro de la actitud “autocrática” que Chávez adoptó a fines de los años 70 y principios de los 80 en el manejo de su sindicato y que, según Powel, hizo que muchos miembros abandonaran la UFW, haciendo que la organización perdiera la influencia que había ejercido en sus primeros años.

“Ha existido el deseo de proteger su legado y hay reticencias a hablar sobre ciertos asuntos y sobre la complejidad del personaje por miedo a dañar la reputación del que probablemente es el principal héroe hispano de este país. Lo entiendo, pero creo que es un error que puede haber contribuido a que no sea muy conocido por el público”, asegura Pawel.

“Hablar de Chávez en toda su complejidad no quita nada a sus logros y a su legado. Eso es lo que se ha hecho con personajes como John Fitzerald Kennedy y Martin Luther King y muchas otras figuras históricas”, apunta la periodista.

Necesidad

La opinión de Miriam Pawel es compartida por Matthew García, profesor de la Universidad Estatal de Arizona y autor del libro “Desde las fauces de la victoria: el triunfo y la tragedia de César Chávez y el movimiento de los trabajadores campesinos”.

“Los latinos tienen la necesidad de crear héroes y de encontrar una especie de figura santificada en la que depositar sus sueños y sus esperanzas, por lo que mucha gente no quiere escuchar una versión diferente sobre César Chávez”, apunta García en conversación con BBC Mundo.

“En el contexto de lo que está sucediendo ahora, la UFW se muestra partidaria de la reforma migratoria y de otorgar un camino a la ciudadanía para los indocumentados, pero en los años 70 César Chávez era un sindicalista y los sindicatos en aquella época estaban en contra de los indocumentados”.

“Por un lado reconocía en los inmigrantes su propia historia y la de su familia, pero al mismo tiempo estaba tratando de construir un movimiento de trabajadores campesinos y los indocumentados estaban haciendo fracasar sus intentos”, apunta García.

El historiador asegura que a fines de los años 70 Chávez se vio influido por el Movimiento Chicano, que se negaba a distinguir entre inmigrantes documentados e indocumentados y eso hizo que el líder sindical cambiara sus posiciones y apoyara los esfuerzos en favor de la reforma migratoria, aunque cree que al final de su vida también se desentendió de este asunto y se dedicó a otros temas, como la lucha contra el uso de los pesticidas.

“Nunca fue antiinmigrante”

En la actualidad el legado de César Chávez es administrado desde el sindicato que él mismo creó y la fundación que lleva su nombre y que está presidida por su hijo Fernando, quien todavía se emociona cuando habla de su padre.

Chávez se muestra satisfecho de que películas como la de Diego Luna ayuden a que la figura de su progenitor sea más conocida entre las nuevas generaciones.

Cuando BBC Mundo le pregunta sobre la versión que historiadores como Matthew García presentan en sus libros sobre su padre, asegura que este “nunca fue antiinmigrante” y explica que si él o la UFW se mostraron contrarios a los indocumentados se debió a su papel en las huelgas.

“Eran esquiroles. Daba igual si eran mexicanos, o de otra nacionalidad, porque también había esquiroles hindúes y filipinos. Esa gente era traída a California para boicotear las huelgas y de esta manera dañaban a la gente que trabajaba en los campos, muchos de los cuales también eran indocumentados que estaban luchando para conseguir una vida mejor su familias”.

Chávez asegura que no duda que, si su padre estuviera vivo hoy en día, estaría al frente del movimiento en favor de la reforma migratoria y que en estos momentos la figura de su progenitor es más necesaria que nunca ya que “los latinos necesitan un modelo en el que verse reflejados”.

“Necesitamos modelos como mi padre con los que la gente se pueda sentir identificada. Fue un ciudadano común que consiguió grandes cosas a través de su trabajo duro, su compromiso y su dedicación para hacer una sociedad mejor y más justa”.

Desde la UFW, su presidente, Arturo Rodríguez, encuentra ridículo que se pongan en duda las credenciales de César Chávez.

Rodríguez, quien empezó a trabajar para el sindicato en 1973 y asumió la presidencia del mismo tras la muerte de Chávez en 1993, asegura que en su organización nunca han discriminado a nadie por su estatus legal y señala que entre sus miembros también hay indocumentados.

“Chávez siempre decía que alguien que boicotea una huelga, con independencia de quien sea, está dañando las aspiraciones de los campesinos que sólo quieren mejorar sus vidas y sus condiciones de trabajo”, señala Rodríguez en conversación con BBC Mundo.

“A veces la gente utiliza eso para decir que estaba en contra de los indocumentados pero no es cierto”, concluye.

“Fuera de contexto”

El activista californiano Randy Shaw cree que parte de las críticas a la figura de César Chávez se deben a que algunos eventos de su vida y las actividades de la UFW “han sido sacados de contexto”.

Shaw, autor del libro “Más allá de los campos: César Chávez, la UFW y la justicia en el siglo XXI”, recuerda que la propia constitución del sindicato no distingue entre documentados e indocumentados y señala que con las “líneas mojadas” de Arizona cometieron un error del que fueron conscientes y que “acabaron rectificando”.

“Lo cierto es que a Chávez nunca le importó tu estatus migratorio mientras no fueras un esquirol”, asegura.

En la actualidad, el UFW cuenta tan sólo unos 6.000 miembros -lejos de los 50 mil de hace unas décadas- Shaw cree que eso no altera para nada la labor realizada o el legado de César Chávez.

“Algunos dicen que el sindicato es un fracaso por los pocos miembros que tiene pero eso no es cierto. Fueron los responsables de entrenar a dos generaciones de activistas que han jugado un papel fundamental en crear el movimiento de defensa de los derechos de los hispanos”.

“Las estrategias que Chávez y sus aliados desarrollaron todavía son utilizadas por la comunidad latina. No hay que evaluar el legado de Chávez por el número de miembros que tiene su sindicato sino por la influencia que tuvo y que sigue teniendo”, asegura Shaw.

Seguro que, controversias a parte, serán muchos los que celebren el legado del que habla Shawn este 31 de marzo, día en el que se conmemora oficialmente en muchas ciudades y pueblos de EE.UU. la figura de César Chávez.

 

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