I, efe, e. IFE. Esas siglas no sólo representan al Instituto Federal Electoral sino también una marca que se ha colocado entre la población, y que ha sido construida a través de décadas y millones de pesos en comunicación social. Una identidad que, a decir de especialistas en imagen y comunicación política, será desperdiciada con el cambio de nombre a Instituto Nacional Electoral (INE). Y aunque sólo es una letra, significa mucho más.
La marca IFE comenzó a sembrarse entre la población desde 1990, es decir, a lo largo de 23 años generaciones de mexicanos que alcanzaron la mayoría de edad han visto y oído spots que los invitaron a tomarse la foto, poner su huella e ir a votar como una forma de participación ciudadana. El nuevo INE -aún si fecha de creación-, es resultado de la reforma política-electoral aprobada hace unas semanas por el Congreso.
“A través de campañas afortunadas, aunque otras no tanto, se logró sembrar valores democráticos entre la población. Se creó una marca, el IFE, y con el cambio de nombre se están echando por la borda años de 20 años de trabajo e imagen”, señala Fernando Álvarez Kuri, director de Millward Brown Optimor, agencia especializada a nivel mundial en estrategia de marca.
Uno de los primeros spots, y que se volvió emblemático, fue el que tenía la frase: “¡Pero te peinas, cuña’o!”:
Uno de los cuestionamientos de Álvarez Kuri es si realmente era necesario cambiarle el nombre: “Es sólo una letra, pero generará confusión entre la población. Si era una institución tan identificada entre la población, ¿por qué el cambio de nombre? Primero, es aceptar que algo no estaba bien con el IFE y, por otro lado, está el reto de destacar los valores y atributos del nuevo INE. Se necesitará una buena campaña y estrategia para lograrlo”.
[contextly_sidebar id=”afeb2f86f1fbcaeda126de7faff79411″]Al menos de 2003 a la fecha, el IFE gastó 881.6 millones de pesos en el rubro de comunicación social. Y, en el mismo periodo, acumuló un presupuesto de 109 mil millones de pesos. A lo largo de los años, al Instituto se le ha identificado con la frase “Lo que hace grande a un país es la participación de su gente”.
Para Víctor Gordoa, rector del Colegio de Consultores en Imagen Pública, el cambio de nombre es un desacierto.
“Cambiar por el nombre de INE generará confusión entre la gente. Además, a la larga, también generará un gasto de dinero público por el cambio de las credenciales de elector. Significa, sin duda, la perdida de una identidad ganada”, considera el especialista.
En el fondo, coinciden ambos consultores, la perdida es mayor: el IFE representó para la población una institución que consolidó el proceso democrático en México y, a pesar de las críticas negativas, representaba una institución confiable y creíble. El INE, por el contrario, no le dice nada a la población.
“Se tendrá que comunicar cuáles son los atributos del nuevo organismo, que justifiquen el cambio y por qué será mejor que el IFE. El reto es muy grande”, concluye Gordoa.
A continuación, algunos de los spots emblemáticos del Instituto Federal Electoral.