[contextly_sidebar id=”a3550712143271c1208070f504874ba1″]Al acudir al Centro de Atención a Personas Extraviadas y Ausentes (Capea) para iniciar la búsqueda de un desaparecido en el Distrito Federal, las víctimas se encuentran con funcionarios que les piden esperar 72 horas para ver si su familiar vuelve o que recomiendan buscar en hospitales, con amigos o en la morgue antes de levantar un reporte por la ausencia.
Esto a pesar que, según los protocolos de búsqueda de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), el periodo mínimo de espera no existe y lo recomendable es realizar una denuncia por extravío o ausencia de inmediato para iniciar una averiguación.
A Antonio, de 65 años, en el Capea le han pedido que antes de levantar un reporte “piense bien” en dónde puede estar su nieta Nadia, quien desde hace dos días no llega a casa.
En el Centro —dependiente de la PGJDF— a Antonio le dijeron que no puede reportar como ausente a la menor de 16 años hasta que no se hayan cumplido 72 horas desde que la vio por última vez, pero además, le pidieron que aunque pase ese periodo no inicie una averiguación a menos que haya verificado que la joven no está con un amigo, un novio, en hospitales, en albergues o hasta en la morgue.
“Me dijeron que primero cumpla mis horas sin mi nieta y que ya después regrese con una fotografía reciente para tener el reporte, pero que me recomiendan que lo piense bien sobre en donde estará porque andar reportándola cuando se siguió de fiesta con amigas o un novio es más trabajo para todos”.
[contextly_sidebar id=”355940fbb58683700bd471d1c9e4af98″]El hombre acepta frustrado la recomendación que recibe en las oficinas de Capea ubicadas en la colonia Doctores en la delegación Cuauhtémoc del Distrito Federal, pese a que ésta contradice el modus operandi que según la Procuraduría se aplica tras el reporte de una ausencia.
“La ciudadanía piensa muy frecuentemente que hay que esperar un número determinado de horas o de días para reportar o para denunciar una desaparición, pero la autoridad (…) les pedimos que los reportes se hagan lo más inmediato que se pueda. (…) Es una mala información que se ha comunicado de manera errónea de boca en boca pero para las autoridades no existen (las 72 horas de espera). Para nosotros no es necesario, al contrario, mientras más rápido se haga la denuncia, el reporte, a nosotros nos permite avanzar más rápido con la investigación”, dice Zulma Eunice Campos Mata, subprocuradora de Atención a Víctimas del Delito de la PGJDF, en entrevista con Animal Político.
Al cuestionar a la funcionaria sobre las recomendaciones de espera y de “agotar posibilidades” que se hacen en Capea dice que le gustaría conocer los casos para darles la atención correspondiente e insiste en que “no es recomendable (esperar 72 horas) por el tema de que con el paso del tiempo pueden ocurrir varias cosas, incluso el riesgo de la persona que está ausente puede aumentar o agravarse”.
Extraviado o ausente
Tras intentar levantar un reporte en Capea, Margarita y Lourdes no saben si su mamá está ausente o extraviada. Antes de poder pasar con el Ministerio Público se sometieron —como el resto de las víctimas que visita el Centro— a un interrogatorio de una funcionaria ubicada en un módulo de información que cuestiona el parentesco con la víctima, tiempo desde que desapareció, lugar de residencia y si se agotaron las posibilidades de que “esté en otro lado”.
Ellas no saben decir si su mamá está ausente o extraviada, cuentan que suele no regresar en dos o tres días porque “agarra larga la fiesta y eso hace que a veces no sepa ni cómo volver”, pero esta vez han pasado más de diez días y aunque la han buscado en los bares que solía frecuentar, nadie sabe nada. También han visitado hospitales y albergues.
“Que debemos estar seguras antes de hacer el reporte, pero decidimos que vamos a repartir nuestros propios volantes, aunque nos dijeron que se recomienda que sean los de aquí ( los de Capea) porque si ponemos teléfonos privados, es común que la gente hable para engañar y extorsionar”.
En cuanto se realiza el reporte de desaparición en Capea, la institución elabora un volante de identificación que incluye una fotografía actualizada, nombre, sexo, edad, señas particulares, media filiación (complexión, estatura, tez, cara, frente, nariz, boca, labios, cejas, mentón, tipo y color de ojos, tipo y color de cabello), ropa que vestía, enfermedades y de ser posible, lugar y fecha de extravío.
Se contemplan dos estatus: ausencia o extravío. El primer caso señala que una persona puede estar “alejada materialmente de su domicilio o lugar de residencia” voluntaria o involuntariamente, por lo que le es imposible volver por causas propias o ajenas.
El extravío es cuando una persona sale de su domicilio, lugar de residencia o algún otro lugar y no le es posible regresar por circunstancias ajenas a su voluntad, ya sea porque desconoce o no recuerda sus datos de filiación, identidad y domicilio por diversos factores como puede ser “la edad, situación mental, enfermedades, problemas mentales o extrema ignorancia”.
En Capea, los familiares sólo reciben una versión de la hoja con el reporte y les recomiendan sacar copias para pegarlas en los lugares que la persona ausente o extraviada frecuentaba.
La acción de Capea
Una vez que se logra hacer un reporte por ausencia o extravío, en Trabajo Social de Capea se descarta que la persona haya sido ingresada a un hospital o a algún servicio médico y que no esté en calidad de detenido en alguna de las agencias del Ministerio Público.
Después de eso, explica la subprocuradora de Atención a Víctimas del Delito de la PGJDF, se inicia una averiguación previa de la que el Centro será responsable hasta que aparece la persona o se detecte la comisión de algún delito como secuestro, homicidio, trata de personas o retención de menores, pues entonces queda a cargo de una fiscalía especializada.
Según Zulma Eunice Campos Mata, por lo menos desde hace cinco años en la Procuraduría se “reforzó el tema de la inmediatez” en la denuncia y en la búsqueda. Sin embargo, en Capea todavía hay familiares de personas desaparecidas a quienes les piden esperar.
“Lo que no vamos hacer es ir a la morgue. Nos dijeron que si está ahí, como sea llegaría aquí la foto y cuando podamos hacer nuestra denuncia vamos a poder ver los libros que enseñan con las fotografías de los muertos y los perdidos. Vamos a esperar que regrese pero mientras, como no podemos tener los volantes de aquí, vamos a hacer los nuestros”, cuentan Margarita y Lourdes mientras copian en un ticket los datos que incluye el reporte oficial de Capea que usarán para tener su propia hoja de datos personales y colocarla en lugares públicos.