¿Es más benéfico para los estadounidenses pensar que los acontecimientos desencadenados por el 11 de septiembre han llegado a tales niveles que cualquier tipo de espionaje está justificado y que nadie consideró informar al presidente Barack Obama que EU espiaba las líneas telefónicas de sus aliados más importantes?
Así cuestionó el diario neoyorquino The New York Times a la Casa Blanca y a su vocero Jay Carney, en su editorial de este lunes 28 de octubre, luego de que Carney se negó a confirmar si Obama sabía o no del espionaje de EU a 35 mandatarios internacionales, entre ellos Ángela Merkel.
En el texto, la junta editorial del diario critica que tampoco bastan los argumentos de que todos espían a todos todo el tiempo, con la justificación de que esto se hace para preservar la seguridad nacional.
[contextly_sidebar id=”d4503f0be666faa15c6f4f9878e0f66a”]Que las conversaciones llevadas a cabo por la canciller Merkel en su teléfono personal puedan caer bajo este paraguas de vigilancia es “resultado de las decisiones post 9/11 tomadas por el presidente Bush y el vicepresidente Dick Cheney que parten de la premisa que el enemigo está en todas partes y que los derechos de cualquiera pueden ser degradados en aras de la seguridad nacional”. La respuesta de la Casa Blanca ante estos hechos es fallida: “han sido una mezcla patética de argumentos que no satisfacen” y se ha limitado a contestar que ya llevan a cabo una revisión de sus políticas de vigilancia.
El diario añade que la respuesta más agresiva al escándalo del espionaje ha venido del Congreso en dos cuestiones: la primera, en inferir que tanto la administración de Obama como la de George W. Bush malinterpretaron la Ley Patriota para permitir la recolección de metadata sobre llamadas telefónicas, correos y mensajes de texto de estadounidenses, tanto dentro como fuera de sus fronteras; la segunda, que las modificaciones a la Ley de Vigilancia de inteligencia exterior, fueron interpretadas para justificar la vigilancia de 60 millones de llamadas en España y 70 millones en Francia.
Este martes 29 de octubre, fue presentada ante el senado una propuesta de ley (la USA Freedom Act) que pondría fin a la colección masiva de comunicaciones de los estadounidenses, aunque no abordará la cuestión de espionaje a extranjeros, incluyendo abusos como el perpetuado a Ángela Merkel, actividades gobernadas por el Ejecutivo.
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