[contextly_sidebar id=”1245e4d3c3258fa20bac3ce18feee657″]Parece un simple anillo de acero inoxidable incrustado en botón de inicio del nuevo iPhone.
Sin embargo, el sensor de huella digital integrado en el último smartphone de Apple -que se dio a conocer este martes-, podría significar el principio del fin de la contraseña y la apertura de un mundo de posibilidades en materia de identificación.
La función de ID Touch -como se llama el sensor- permite a los usuarios desbloquear sus celulares con sólo una pulsación del dedo, sin la necesidad de recordar complejas secuencias de letras o números.
La tecnología biométrica, que utiliza características únicas del cuerpo como técnica de identificación, existe desde hace mucho tiempo.
Por ejemplo, Scotland Yard utilizaba huellas dactilares ya en 1901, y Arthur Conan Doyle, creador del personaje de ficción Sherlock Holmes, el detective inglés, sabía lo suficiente acerca de las características distintivas del oído humano para incluirlas en una de sus historias.
Sin embargo, las contraseñas se han impuesto.
Y algunos intentos anteriores de incluir el reconocimiento de huella digital en teléfonos inteligentes han sido un fracaso, como en el Motorola Atrix 4G, cuya aplicación estuvo plagada de problemas.
Entonces, este último desarrollo de Apple, ¿es una característica más o una muestra de lo que está por venir?
Momento crucial
Mark Lockie, director del sitio de noticias Planet Biometrics, confía en que sea un signo de la venidera popularización del uso de la biométrica.
“La industria ha estado esperando un momento como este”, dijo a la BBC.
La intención de Apple de abrazar la tecnología biométrica quedó patente en julio de 2012, cuando compró, por $356 millones, la empresa de seguridad móvil Authentec, que desarrolla chips de sensores de huellas dactilares.
La inversión provocó la subida de las acciones de otras firmas biométricas, debido a la idea de que estas también podrían convertirse en objetivos de adquisición.
“No es la panacea”
El profesor Mark Nixon de la Universidad de Southampton trabaja en sistemas de seguridad cibernética que reconocen las características humanas únicas, tales como los rasgos faciales y los patrones de marcha.
Pero, advierte, a pesar de que la tecnología biométrica ofrece una manera más conveniente de asegurar nuestros dispositivos, “no es la panacea”, y hay posible fallos.
Las empresas que buscan adoptar la huella digital como método de seguridad ya han tenido que preocuparse por la posibilidad de que la tecnología no reconozca al propietario y lo pueda bloquear.
Unos dedos arrugados, un clima frío o incluso un corte de papel podrían dificultar al lector de huellas digitales reconocer a la persona adecuada.
Apple espera evitar estos problemas mediante el escaneo de “capas de la piel subepidérmicas” a un nivel muy detallado, es decir, más allá de la mera superficie de un dedo.
Pero la tecnología aún podría enfrentar otros problemas.
La seguridad
“Los lectores de huellas dactilares no son especialmente seguros”, dice Andrew Martin, del departamento de informática de la Universidad de Oxford.
De hecho, los criptógrafos han conseguido “burlar” el éxito de este sistema utilizando la gelatina que se encuentra en los Gummi Bears -una marca conocida de gomitas. Dejamos huellas dondequiera que vayamos, por lo que resulta un blanco fácil para cualquiera que intente falsificarlas.
“Somos esencialmente contraseñas andantes”, concluye el profesor Mark Nixon.
También preocupa la privacidad.
Los datos biométricos generalmente son encriptados y almacenados en el procesador local de un dispositivo -como en el caso del nuevo iPhone-, pero este método no es infalible, sobre todo si se utilizan estos datos para llevar a cabo transacciones en línea.
Y tras las recientes filtraciones de Edward Snowden, que subrayaron cómo las agencias NSA y GCHQ de los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido controlan nuestra actividad en línea, muchos querrán adoptar la precaución de no tener información sobre su cuerpo almacenada en forma digital.
Avanzando
A pesar de sus desventajas, sin embargo, las empresas de tecnología de todo el mundo se han unido para hacer de la seguridad biométrica el sistema estándar para compras en línea.
La Alianza Fido (“Fast Identity Online”, identidad rápida en línea en español) -que incluye a Blackberry, Google y Paypal- se formó para “reducir la dependencia de las contraseñas para autenticar a los usuarios”.
Aboga por un sistema reconocido y fácil de usar para la utilización de la biometría en las compras online, nombres de usuarios y hasta para verificar decisiones como “borrar todos mis mensajes de correo electrónico”.
Y las ventajas de usar sistemas biométricos pueden ser mayores que los riesgos potenciales de seguridad, por lo menos para el usuario medio.
“Lo que realmente hay que hacer es tener una visión general y preguntarse contra quién se está usted protegiendo”, dice Martin.
Y añade: “Además es fácil de usar y evita problemas como que alguien copie de reojo su contraseña al escribirla”.
Más allá de los dedos
Entonces, ¿qué viene después?
Una posibilidad es “la biometría multimodal”, un sistema que utiliza diferentes técnicas en conjunto, tal como un lector de iris, el reconocimiento de voz y la tecnología de huellas digitales, añadiendo una capa adicional de seguridad.
Algunos de los dispositivos de Android de Google se cargan con un sistema de reconocimiento facial, que ha sido en general exitoso a la hora de facilitar el proceso de inicio de sesión, a pesar de que es fácil de engañar si los celulares o tabletas apuntan a una foto de su propietario.
Otro reciente experimento, por la empresa de tecnología Bionym, utiliza una pulsera para medir el los latidos de una persona, que se dice son únicos en cada individuo.
Sin embargo, la evolución de la tecnología biométrica está siendo un proceso gradual.
Con todo, Mark Lockie es optimista.
“En el mundo móvil, donde hay una infraestructura más desarrollada, hay una alta probabilidad de que la biometría eventualmente sustituya a las contraseñas”, predice.
Por ahora, sin embargo, todavía vale la pena que usted recuerde el nombre de su primera mascota.