[contextly_sidebar id=”f16843a0a70b6525603bfe687573f308″]El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tiene apenas unos días para obtener el apoyo del Congreso para lanzar algún tipo de ataque militar contra Siria. ¿Cómo está tratando de convencerlos?
Para algunos, en las dos votaciones de la próxima semana no sólo está en juego el futuro de Siria y el de la región.
El futuro político del presidente también está en manos de los 100 senadores y 435 miembros de la Cámara de Representantes a quienes Obama ha pedido que lo apoyen en un ataque “limitado” contra objetivos en Siria.
Muchos ven con escepticismo que sea en el interés de Estados Unidos responder de esa forma al presunto ataque químico del 21 de agosto.
Pero, ¿qué está haciendo Obama para persuadirlos?
1. Apelar desde el corazón
Desde la Casa Blanca, el presidente hizo un llamado directo no sólo al Congreso, sino a una nación profundamente dividida y al resto del mundo.
“Hace diez días, el mundo vio con horror cómo hombres, mujeres y niños fueron masacrados en Siria, en el peor ataque con armas químicas del siglo XXI”, dijo la semana pasada.
“En total, –agregó– más de 1.000 personas fueron asesinadas, varios cientos de ellos eran niños. Niñas y niños gaseados hasta la muerte por su propio gobierno. Este ataque es un asalto a la dignidad humana”.
2. El tratamiento de la Oficina Oval
Los senadores republicanos John McCain y Lindsey Graham se sumaron al presidente tras una reunión privada en la Casa Blanca el lunes.
Lideran a los “halcones” republicanos que creen que un ataque limitado no es suficiente, pero cuando salieron del encuentro sus comentarios dejaron pocas dudas de que Obama cuenta con ellos.
El martes fue el turno para que el presidente de la Cámara de Representantes, el también republicano John Boehner, tuviera una audiencia privada con Obama junto con otros integrantes de un comité de seguridad nacional.
Tras ella, Boehner dio su apoyo por primera vez en público.
Es de esperar que en los próximos días más indecisos reciban el tratamiento de la Oficina Oval, opina Larry Sabato, director del Centro de Política de la Universidad de Virginia.
“Cada republicano moderado lo suficientemente inteligente como para que se sepa públicamente que está indeciso, lo va a dejar saber frente a la Casa Blanca”.
Pero qué tan impresionados pueden quedar por el aura de la oficina presidencial y el glamour de una audiencia personal depende de quién sea cada uno, agrega Sabato.
“En el grupo moderado una audiencia en la Oficina Oval, o un almuerzo o un desayuno, podría hacer una diferencia, porque les gusta poder decir
‘El presidente realmente me escuchó'”.
3. Invitarlos a irse
La votación sobre Siria será libre y, aunque el liderazgo republicano y demócrata apoya a Obama, habrá trabajo para los llamados whips.
Estos son miembros de un partido político en el Parlamento cuyo trabajo es asegurarse de que otros integrantes del partido estén presentes en el momento de una votación y también asegurarse de que voten de una manera particular.
“Los whips demócratas estarán con el presidente”, dice Sabato. “Los whips republicanos estarán suministrando los números al liderazgo, ya que Boehner y (Eric) Cantor van a querer más información sobre a quién hay que persuadir”.
“Podrían enviar a algunas personas (que votarían en contra del ataque) a tomar un café durante la votación o decirles, ‘Vayan a dar un paseo'”.
4. Incentivos
Hay ciertos incentivos que pueden ofrecerse a los miembros del Congreso para convencerlos.
Podrían estar relacionados con la crisis en Siria, como por ejemplo que la Casa Blanca acepte un acuerdo para proporcionar ayuda humanitaria o limitar la acción a un corto período de tiempo, dice Shaun Bowler, profesor de ciencias políticas en la Universidad de California en Riverside.
También pueden haber beneficios más amplios vinculados a las elecciones parlamentarias de mitad de periodo en 2014, como una cena de recaudación de fondos a cargo de Joe Biden o la ayuda en la compra de anuncios de televisión, agrega Bowler. “O tal vez, un ‘te opones a nosotros ahora y no busques ayuda en 2014′”.
El republicano, Buck McKeon, presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, dijo que “aún está abierto” sobre el tema e instó al gobierno a poner fin a los recortes del gasto militar.
5. El presidente en el teléfono
Un alto funcionario del gobierno describió la estrategia de lanzar el mensaje de Obama al Congreso como “inundar la zona”: bombardear a los congresistas con llamadas y reuniones informativas.
El mensaje primordial a los demócratas indecisos será sencillo, dice Sabato: no castren a su presidente. “Lo más importante en uno de los Congresos más polarizados es el puro apoyo partidario”.
Obama, el vicepresidente Biden y el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, hicieron llamadas personales a los congresistas el domingo y el lunes.
Y el secretario de Estado, John Kerry, sostuvo una conferencia telefónica con más de 100 representantes demócratas y funcionarios de la administración para informarles sobre los reportes de inteligencia.
Lo describió como el “momento de Múnich” de Estados Unidos, una referencia al apaciguamiento del primer ministro británico Neville Chamberlain a Hitler en 1938.
6. Que sus cercanos colaboradores presenten el caso
El secretario de Estado, John Kerry, el secretario de Defensa, Chuck Hagel, y el general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto, presentaron el caso del presidente ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado el martes.
“Este no es el momento del aislacionismo de sillón”, dijo Kerry. “Este no es el momento de ser espectadores de una masacre. Ni nuestro país ni nuestra conciencia pueden pagar el costo del silencio”.
Pero los integrantes del público que interrumpieron la presentación de Kerry sirvieron de recordatorio de que aunque Obama obtenga el visto bueno del Congreso, conseguir el apoyo del país puede estar fuera de su alcance.