Ariel Castro, el hombre que mantuvo cautivas a tres mujeres durante casi una década en su casa de Cleveland, hasta que una de ellas logró escapar, fue hallado muerto en su celda y se presume que cometió suicidio, informaron autoridades estadounidenses el martes 3 de septiembre por la noche.
[contextly_sidebar id=”09a02f3c6464e7471aab2fdb5076ba92″]Castro, de 53 años, fue encontrado colgado en su celda alrededor de las 21:20 de la noche en el Centro de Recepción Correccional Oriente, ubicado al sur de Columbus, centro de Ohio, dijo JoEllen Smith, portavoz del Departamento de Rehabilitación y Corrección. Personal médico de la prisión le practicó la reanimación cardiopulmonar antes de que Castro fuera trasladado a un hospital, donde fue declarado muerto.
Castro estaba bajo custodia de protección, debido a la notoriedad de su caso, lo que significa que era vigilado cada 30 minutos, pero no estaba en vigilancia por riesgo de suicidio, indicó Smith.
Los abogados de Castro trataron sin éxito de que lo examinaran psicológicamente en la prisión del condado de Cuyahoga, donde Castro estuvo detenido antes de ser entregado a las autoridades estatales una vez que se le dictó sentencia, dijo el defensor Jaye Schlachet.
En una entrevista sobre la sentencia de Castro efectuada el mes pasado, Schlachet y el abogado Craig Weintraub dijeron que su cliente claramente encajaba en el perfil de desorden antisocial y que tenían esperanza de que los investigadores lo estudiaran en busca de pistas que pudieran ser utilizadas para detener a otros depredadores.
Las tres mujeres que mantuvo retenida s -Amanda Berry, Michelle Knight y Gina DeJesus- desaparecieron or separado entre los años 2002 y 2004, cuando tenían 14, 16 y 20 años. Escaparon el pasado 6 de mayo, cuando una de ellas rompió parte de una puerta y pidió ayuda a gritos. Castro fue arrestado ese mismo día.
“Ayúdenme”, dijo Amanda Berry cuando llamó al número de emergencias 911. “Estuve secuestrada y desaparecida durante 10 años, y ahora soy libre”.
Michelle Knight y Gina DeJesus, tenían tanto temor de Castro que retrocedieron en un principio cuando la policía llegó a la casa, pero rápidamente se dieron cuenta de que eran libres.
El hombre fue sentenciado el 1 de agosto a más de mil años en prisión tras declararse culpable de 937 cargos que incluyeron violación y rapto.
AP