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“¡Danos información, llevamos todo el día aquí!”
“¡Danos información, llevamos todo el día aquí!”
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“¡Danos información, llevamos todo el día aquí!”

06 de septiembre, 2013
Por: Rafael Cabrera (@raflescabrera)
@WikiRamos 
aicm25sept
Por nueve horas, los maestros de la CNTE bloquearon el Circuito Interior. //Foto: Cuartoscuro.

Aguantaron de pie bajo el sol y tuvieron suerte de que la lluvia no los castigara. Los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación bloquearon ayer durante nueve horas el Circuito Interior, mientras sus dirigentes negociaban en la Secretaría Gobernación. Pero al final de la jornada, el resultado los dejó descontentos. Sólo palabras y más palabras, pero ninguna conclusión, a las que respondieron con rechiflas y mentadas al líder de la Sección 22 de Oaxaca, Rubén Núñez.

Quizá fueron las horas y los kilómetros acumulados en las plantas de los pies o los tiempos muertos que llenan comiendo elotes asados o bolsas de tunas de 10 pesos. Pero ayer estaban enojados. Es su tercera semana en el DF y siguen igual a como llegaron. Pero más cansados.

[contextly_sidebar id=”c76124610538c2628177bcff0990ac92″]Los profesores se quedaron a nada de bloquear otra vez el aeropuerto del DF. Hacia las 10 de la mañana, las policías federal y capitalina contuvieron su marcha a casi un kilómetro del objetivo. Uniformados y profesores permanecieron horas frente a frente, formados y quietos como peones esperando en un tablero de ajedrez. Sólo que la siguiente jugada se debatía en Gobernación.

El bloqueo alteró parcialmente el arribo de viajantes a la terminal aérea, aunque no fue el caos del 23 de agosto pasado. Algunos pudieron llegar en auto, pero aún así hubo afectados.

“Salgo a Mérida a las 5:00 de la tarde y como vi en las noticias que otra vez cerraron, me vine mucho antes para no tener problema”, dijo Armando Ortega, al tiempo que jalaba su maleta de rueditas.

La Policía Federal dio aventones en sus patrullas y camionetas. Otros, enojados, optaban por caminar y no enterarse de nada. Algunos vecinos ingeniosos ofrecieron sus autos para llevar a los viajantes por una cuota de 20 pesos.

Dentro la terminal aérea la rutina seguía. El café, los taxis, los check-in, las despedidas y los aterrizajes minuto tras minuto. Salvo la estación del Metro cerrada y dos tanquetas de agua de la Policía Federal estacionadas afuera del aeropuerto, nada parecía perturbar el ambiente al interior. Pero afuera, en los alrededores, muchos trataban de poner orden en su itinerario.

Así pasó el sol de mediodía, el calor de las 3 de la tarde y los nubarrones que antecedieron la noche. Y los policías y los profesores de los Estados permanecieron de pie, cara a cara, vigilándose mutuamente.

Hacia las 17:45 de la tarde, las bocinas del equipo de sonido de la CNTE anunciaron: la comisión negociadora ya había salido de la reunión en Gobernación con el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, e iba hacia el bloqueo para darles información. Hubo aplausos, chiflidos y gritos. Y consignas, ese escaso repertorio que no se cansan de repetir y que, por el contrario, pareciera darles ánimo y fuerza: “¡De nooorte a suuur..!”. “¡Si Zapata viviera con nosotros estuviera…!”. “¡Lucha, lucha, lucha, no dejes de luchar!”.

Pasadas las 18:30 de la tarde apareció Rubén Núñez, secretario general de la Sección 22 de la Coordinadora. La mayoría se congregó alrededor de él y de la camioneta que carga las bocinas del grupo magisterial. Le aplaudieron cuando se subió sobre el cofre para que todos lo vieran. La camisa azul, el pantalón negro, el pelo y el bigote entrecanos y desaliñados. Tomó el micrófono:

El día de mañana estaremos signando en nuestra acta de acuerdos de asamblea estatal los logros de esta gran movilización que ha dado en particular la Sección 22 de Oaxaca… Vayamos a apostarnos nuevamente a nuestro campamento para quesean la asamblea plenaria y estatal las que estarán bajando la información a ustedes…

Los profesores rompieron en chiflidos y gritos: “¡De una vez, digan todo de una vez!”, “¡no nos dijiste nada, cabrón!”, “¿y qué con la reforma educativa?”, “¿para eso te subiste?”, “¡aquí nos tienes, pinche Núñez , dilo todo!”.

Pero Núñez ya se había bajado, no pudo ver los rostros de enojo y cansancio de los profesores. Para calmar los ánimos, los operadores del sonido invitaron a uno de tantos camaradas a cantar la canción “Venceremos”, ese viejo himno de la izquierda. La tonada se mezcló con las mentadas y el ruido de un avión aterrizando en el DF.

No hubo catarsis. Ni gritos de ánimo. Los profesores sólo dieron media vuelta y comenzaron a caminar sobre el Circuito Interior hacia el Zócalo del DF, donde llevan semanas durmiendo. Callados, cansados. Por la noche tenían planeado discutir las manifestaciones que realizarán este viernes o si, como ha corrido el rumor, se manifestarán sobre las vialidades que llevan al estadio Azteca, donde jugarán las selecciones mexicana y de Honduras.

Atrás, en silencio, los policías los vieron alejarse. Su presencia ahí, en medio de la avenida, ya no tenía sentido. Del otro lado del tablero, ya no había jugador. Su presencia era absurda y al poco rato rompieron filas para dar paso a los autos que retomaron su cauce natural sobre la avenida.

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Imagen BBC