De acuerdo con estudios de diferentes partes del mundo, recopilados por la Base de Datos Mundial de la Felicidad, en Rotterdam, el secreto de la felicidad está en nuestras manos y no en los lugares en los que solemos buscarla.
El profesor Ruut Veenhoven, director de dicha base de datos y profesor emérito de las condiciones sociales para la felicidad humana de la Universidad Erasmus en Rotterdam, señala que su propio estudio encontró una ligera correlación negativa entre el número de veces que los participantes en el estudio espontáneamente relacionaron “objetivos” y “felicidad”.
“Aunque generalmente se asume que las metas son necesarias para llevar una vida feliz, la evidencia no es concluyente. La razón parece ser que la gente infeliz está más consciente de sus propios objetivos porque buscan mejorar sus vidas”.
Pese a que hay una correlación positiva entre darle un sentido a la vida y ser feliz, los estudios indican que no es una condición necesaria para ser feliz. De hecho, los estudios señalan que una vida activa tiene la correlación más fuerte con la felicidad.
“Para llevar una vida feliz, una vida satisfactoria, necesitas estar activo”, le dice Veenhoven a la BBC. “Participar (en actividades) es más importante que saber por qué lo estamos haciendo”.
Pero las mejores noticias que ofrece la Base de Datos Mundial de la Felicidad es que está en nuestras manos el ser más felices y no depende sólo de cambios externos como, por ejemplo, tener más dinero.
“La investigación ha mostrado que podemos hacernos más felices a nosotros mismos porque la felicidad cambia con el paso del tiempo”, señala el profesor Veenhoven, “y esos cambios no están sólo relacionados con mejores circunstancias sino con una mejor manera de lidiar con la vida. La gente mayor tiende a ser más sabia y, por esa razón, más feliz”.
Es una pregunta muy ambiciosa y muy subjetiva, pero estudios recopilados por la base de datos señalan que las personas tienden a ser más felices si:
Hay algunos hallazgos sorprendentes:
Los estudios también advierten sobre los efectos de viajes largos y diarios hacia nuestros trabajos.
Un estudio alemán, realizado por Frey y Stutzer en 2004, halló una estrecha relación entre el tiempo que una persona pasa desplazándote hacia su trabajo con la satisfacción en la vida. Las personas que pasan una hora de camino hacia su trabajo son significativamente menos felices que aquellas que no tienen que hacer recorridos largos para llegar a sus sitios laborales.
El estudio añade que ni siquiera los salarios altos compensan la pérdida de tiempo en el ir y venir a la oficina.
El profesor Veenhoven y sus colegas ha intentado persuadir a las personas a llevar a cabo actividades que las hacen felices y a que las reporten en un diario en internet. El proyecto ha atraído a más de 20.000 usuarios.
Jana Koopman, una pensionada, asegura que esa propuesta ha cambiado su vida, no sólo porque le ayudó a identificar lo que la hace feliz y la motivó a tomar clases de pintura, sino porque le ha hecho reducir aquello que no la hace feliz.
“Puedes limpiar todo hoy y mañana volverá a estar sucio nuevamente. ¿Para qué hacerlo? o ¿por qué hacerlo con tanta frecuencia? Me gusta leer. Ahora, agarro un libro y dejo todo lo demás a un lado”.
Pero no se preocupe si no puede apagar el computador y tomar un libro o un pincel de inmediato. No podemos ser felices todo el tiempo.
La investigación demuestra que la tristeza es útil, pues actúa como la luz roja del semáforo que frena el comportamiento negativo.
De acuerdo con los estudios tomados en cuenta en la Base de Datos es bueno para todos estar tristes 10% del tiempo.
Veenhoven y sus colegas comenzaron a analizar la información recolectada en el diario digital para llevar a cabo más estudios sobre la felicidad.
Análisis enfocados en adictos al trabajo confesos muestran que hacer un poco de ejercicio para relajarse después de una jornada laboral -y no tomarse una cerveza en el sofá, por ejemplo- los hace más felices.