A dos años de la reunión entre Felipe Calderón y víctimas de la guerra contra el narcotráfico, el poeta Javier Sicilia dijo que el gobierno del panista traicionó a estas personas.
[contextly_sidebar id=”3aed3ada5424c98fd785dce4f8324542″]”Se armaron las mesas de trabajo para los temas de la Ley de Víctimas, de justicia, del cambio en la guerra contra el crimen organizado, había mucha esperanza, el problema es que lentamente, como siempre sucede con el gobierno y con el Estado, se fueron traicionando los acuerdos“, reflexiona
Lo peor fue lo ocurrido con la Ley General de Víctimas, pues a pesar del compromiso del ex jefe del Ejecutivo de impulsarla, al final de su sexenio quedó en una controversia constitucional.
“La enviaron tarde, después la secuestraron, la jugaron a nivel de campaña electoral, después apareció a destiempo, querían cambios que iban a dañar la ley y terminó (Calderón) por meterla y entramparla en una controversia constitucional”, recuerda.
Sicilia dijo que el Movimiento por la Paz demandó la creación de un Sistema Nacional de Atención a Víctimas, pero la respuesta del ex presidente fue la creación de Províctima.
A esta institución –creada en septiembre de 2011– no se le dotó de los recursos, la infraestructura y el personal necesarios para responder a sus funciones asignadas por Calderón.
“Aunque el personal era bueno y su directora espléndida, no tenía recursos, y contaba con poca capacidad y personal para responder al tamaño del problema, de la tragedia humanitaria”, explicó Sicilia.
La titular de Províctima, Sara Irene Herrerías, reconoció ante legisladores que no puede realizar investigaciones por los delitos que le reportan. Sus facultades, dijo, se limitan a gestionar becas, créditos hipotecarios y atención médica y psicológica.
El poeta reprocha que, a pesar de que durante el encuentro solicitaron a Calderón un Monumento a la Memoria, su respuesta fue construir un memorial sin nombres en un campo militar.
“Está en un campo dedicado al Dios de la Guerra, sin nombres, frente a un memorial de soldados donde sí hay nombres. Es verdaderamente un insulto, un elogio a la fosa común, un elogio de Calderón a su propia guerra“, señala.
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