En los terrenos donde se construyó la Estela de Luz, los arqueólogos concluyeron que debido a la negligencia de anteriores administraciones se perdieron vestigios que pudieron encontrarse en esta última excavación, lo cual no ocurrió.
[contextly_sidebar id=”260afd6a60d0a45518165670716f1993″]Los arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), encabezados por María de Lourdes López Camacho, encontraron ollas, cajetes, comales, jarras del tiempo colonial pero también tubos de albañilería, restos óseos de ratas, gallinas y borregos y un muro que terminó siendo de principios del siglo XX, pues tenía entre sus materiales un riel de ferrocarril.
El informe final “Plaza Bicentenario-Estela de Luz”, elaborado por López Camacho, de la Dirección de Salvamento Arqueológico explica en sus 55 cuartillas las alteraciones que padeció la zona con varias construcciones, por lo que de haber existido vestigios históricos, éstos fueron destruidos en pasadas administraciones.
“El área fue seriamente alterada con la construcción de la Avenida Paseo de la Reforma, el paso a desnivel y la calle de Lieja, así como la construcción del edificio de la antigua Secretaría de Salubridad y Asistencia. Además de la introducción de una serie de tuberías (agua, drenaje, cableado telefónico y de luz) que la atraviesan”, explicó la experta en temas relacionados con la zona de Chapultepec.
La arqueóloga expuso en diversas tablas lo encontrado: 34 objetos de diversas formas en la zona de vigilancia donde se construía la Estela de Luz, ocho objetos en la capa VIII de un área denominada “Cala 1” ; 79 piezas en la zona denominada “Pozo 1”; nueve objetos en la zona conocida como “Pozo 2”; 29 piezas en la zona denominada “Pozo 3”.
Las piezas varían: Desde ollas y cajetes tipo “azteca” hasta comales y cazuelas de tipo “rojo Texcoco”, “naranja pulido” y “rojo colonial”, según detalló en su informe que Animal Político obtuvo a través de la Ley de Transparencia.
El informe muestra en todas las fotografías objetos rotos, ninguna pieza completa y la conclusión es que no hubo grandes descubrimientos antropológicos debido a la manipulación previa de los terrenos, lo cual hizo que se perdiera mucho material que pudo haber existido previamente.
“Por motivo de los antecedentes y del potencial arqueológico del área que ocuparía el monumento denominado Estela de la Luz, se realizaron los trabajos arqueológicos en la zona cercana de lo que fuera el antiguo pueblo y panteón de San Miguel Chapultepec; desafortunadamente los vestigios de dicha población fueron destruidos, con la creación de pasos a desnivel, calles y de la Secretaría de Salubridad y Asistencia en el siglo pasado”, detalló la arqueóloga.
“Los materiales cerámicos aunque presentan temporalidades prehispánica, colonial y moderna; al encontrarse como parte de rellenos, nos imposibilitan para poder afirmar posibles ocupaciones prehispánicas en el área”, concluyó la experta.
Lo único que no quedó detallado en el informe de la arqueóloga debido a la falta de información fue el muro del que se habló en anteriores ocasiones al considerarse posiblemente un testigo de una antigua ocupación prehispánica.
“La detección de un fragmento de muro con dimensiones de 2.40 metros de ancho por 2.50 metros de alto, podría dar pie a diferentes hipótesis; entre ellas, que se tratara de un muro de contención construido a finales del porfiriato por parte de la Hacienda de la Teja; en fin, sólo con posteriores investigaciones en el área se podrá definir a qué pertenecía dicho conglomerado de piedras”, explicó en su informe López Camacho.
La investigadora inició su trabajo entre febrero y agosto de 2010. Los trabajos de su equipo comenzaron con un mes de retraso, pues la constructora III Construcciones –hoy sancionada por la Auditoría Superior de la Federación por diversas irregularidades detectadas en la obra– proporcionó el Plan de obra hasta el 12 de abril de 2010, cuando se solicitó permiso para la inspección desde febrero de ese año.
La misma arqueóloga fue testigo de los retrasos que hubo en la obra, de la falta de permisos con los que contaba “el proyecto Presidencial” y de lo inconcluso que se dejaron algunos proyectos, como la Plaza Bicentenario-Estela de Luz.
“La Plaza Bicentenario se extendería desde la plaza de la Estela de Luz hasta el monumento a Los Niños Héroes, uniendo y ampliando el puente que cruza Circuito Interior, hasta la avenida Paseo de la Reforma…la obra en lo referente a la primera etapa, a lo largo de los meses, comenzó a tener problemas de cambios de medidas, cimentación, tuberías, cableados, entre otros. Además de problemas con los permisos tanto con el gobierno del Distrito Federal, como con la Dirección del Bosque”, escribió la arqueóloga.
Como ejemplo citó que por dar seguimiento a una tubería dentro del Bosque, las autoridades de éste detuvieron a trabajadores de la constructora, “llevándolos a la delegación detenidos”.
“Si se realizara la construcción de la Plaza Bicentenario, en un área donde hay posibilidades de encontrar restos del acueducto tanto colonial como prehispánico que antiguamente salía de Chapultepec; esto implicaría el desarrollo de un proyecto arqueológico y no de un plan de trabajo. Sin embargo y dados los retrasos que se presentaron en esta primera etapa dudo que se realice la segunda”, concluyó López Camacho.