“Para dar valores sociales a los alumnos no se necesita tanta tecnología”
Por: José Alfredo Martínez Castro
Hablar de educación es un tema complejo. Considero que en primer lugar se debe atender a la población joven y concientizarla sobre lo que implica engendrar hijos.
El problema inicia antes de que una pareja se una. A veces, a muchos las cosas no les salen como quisieran y cuando llegan los hijos al mundo no pueden atenderlos como quisieran. Eso, por un lado. Por otro, si las parejas se separan suele pasar que alguno o los dos miembros que conforman la pareja dejan la responsabilidad a abuelos o familiares, quienes no saben cómo dirigir a los nietos o estos los sobrepasan.
Ustedes dirán “esto que tiene que ver con educación”, y la respuesta es mucho, ya que muchos de estos niños no rinden igual en las escuelas como un niño bien atendido por sus padres. Aunque esto último tampoco es una garantía, pero en mi experiencia docente de veinte años he comprobado que los niños que tienen problemas familiares su rendimiento es menor que los de familias bien integradas.
Claro, hay sus excepciones, pues hay madres o padres que, a pesar de que son solteros, llevan bien conducidos a sus hijos, aunque, insisto, son los menos.
Por lo que hoy se deben hacer reformas en materia de población, para que los jóvenes conozcan la importancia y responsabilidad de ser padres, ya que este es un tema olvidado en México.
Por otro lado, se le debe brindar apoyo y orientación a los niños y jóvenes indigentes, ya que es común encontrar muchachas muy jóvenes adictas en las calles vendiendo algo o lavando vidrios. Ahí hay mucho trabajo si realmente el gobierno quiere hacer algo por ellos y si hay un interés por mejorar la sociedad implicando a la educación.
Realmente no creo que con más computadoras se avance hacia un progreso social. Para establecer valores sociales no se necesita tanta tecnología; hace falta concientizar a la población de que el niño que está en la calle también es nuestro hijo por el que tenemos que hacer algo, y a la vez elevar la autoestima de los niños que tenemos en casa para que sean capaces de lograr que a sus sueños les broten alas.
