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“Los profesionistas también queremos participar en la educación básica”
“Los profesionistas también queremos participar en la educación básica”
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“Los profesionistas también queremos participar en la educación básica”

19 de marzo, 2013
Por: Guadalupe López
@WikiRamos 

Por Guadalupe López

Propongo una educación que reconozca más madurez en los ciudadanos como para permitirles educar a sus hijos sin imponerles las actividades a realizar y los materiales a utilizar. Una educación que puedan impartir otros profesionistas y no sólo los egresados de la normal.

Explico las razones de mi propuesta:
1.- Los normalistas aprenden qué y cómo educar centrados en los planes y programas actuales, manejando fundamentalmente los libros de texto que tendrán que utilizar. Su cultura se ve disminuida, no tienen oportunidad de formarse apreciando la sociedad real, interesándose por los sectores que conforman y afectan a la sociedad; sus conocimientos de economía son pobres, igual que los de filosofía, así como los de comunicación; sus bases científicas son mínimas para comprender la importancia de las ciencias básicas y la utilidad de las ciencias aplicadas.
Sin embargo, al egresar son investidos de una autoridad moral falsa, romántica, son portadores de una autosuficiencia que limita aún más su aportación cultural en el salón de clases: ignorantes de sus limitaciones, se erigen en portadores de la única cultura social y científica digna de ser transmitida, se cierran a propuestas novedosas y creativas, sobre todo si requieren leer más, trabajar más, diseñar más y mejor. Muchos profesionistas con una visión mucho más amplia y enriquecedora son rechazados por el sistema educativo, perdiéndose de la oportunidad de adquirir elementos valiosos que podrían dinamizar las actividades escolares.
2.- Los libros de texto gratuito representan el máximo esfuerzo de nuestro país por proveer de una verdadera equidad a todos los niños de México, representan la biblioteca casera mínima que puede tener cualquier niño mexicano. Sin embargo, al ser obligatorios, limitan el trabajo que pudieran realizar otros niños, especialmente en medios urbanos. Limitan también la dinámica cultural de nuestro país al frenar el crecimiento legítimo de las editoriales escolares. Habiendo posibilidades de utilizar textos de entre ofertas interesantes, se impone el trabajo escolar sobre textos obligatorios. Así se gasta dinero extra del gobierno entregando-imponiendo textos a niños que podrían trabajar en otros textos, ya que los de la SEP  no siempre son los mejores en el mercado.
La obligatoriedad de los libros de texto gratuito limita la libertad de elección de padres y maestros, y limita el desarrollo de la industria que precisamente promueve el crecimiento cultural e intelectual de la población. Es perfectamente comprensible su loable propósito considerando las familias de mínimos recursos, pero no se ha actualizado el reconocimiento a la madurez cultural ciudadana como para permitir márgenes de decisión autónoma, permitir el trabajo escolar sobre otros títulos sin el desperdicio que implica la aceptación obligatoria de los libros de texto gratuito aunque no se utilicen como debieran.
Sucede que niños de rincones alejados siguen sin recibir sus libros a tiempo, mientras nuestro país gasta en exceso imponiendo el recibimiento de los mismos libros en sectores que preferirían otros títulos en algunas materias.
3.- Si hubiera más libertad, bastaría con que la SEP se asegurara de divulgar por todos los medios posibles los muy acertados planes y programas actuales. Si toda la población pudiera escuchar constantemente cuáles son los aprendizajes esperados en preescolar, primaria y secundaria, los padres y maestros se sentirían más respaldados para proponer actividades novedosas, interesantes, creativas, porque todos podríamos apreciar inmediatamente su repercusión hacia el logro de tales aprendizajes esperados.
Tal como estamos, los planes y programas enarbolan principios de democracia y participación para promover creatividad en un marco de enorme flexibilidad para adaptarse a las circunstancias individuales tanto de alumnos como de maestros, pero en los hechos  el sistema educativo marca un hermetismo discriminatorio con un curriculum oculto donde los legos (padres) quedan excluidos y los maestros quedan sujetos a veleidades de autoridades de supervisión que imponen sus criterios e interpretaciones exigiendo que las actividades se realicen como ellos dictan.
La publicación y difusión de los aprendizajes esperados y los perfiles de egreso marcaría un ritmo de trabajo en el que todos nos reconoceríamos partícipes y constructores, en el día a día constataríamos los avances del trabajo y realizaríamos los ajustes necesarios, logrando que nuestros alumnos adquirieran una mayor responsabilidad sobre su propio aprendizaje así como la tan deseada autonomía en la construcción del propio conocimiento.
Resumiendo: más libertad, menos imposición. 
1.- Otros profesionistas queremos participar en la educación básica aunque no seamos egresados de las normales.
2.- Otros títulos pueden usarse y no sólo y no todos los libros de texto gratuito obligatorio.
3.- Los perfiles de egreso de cada nivel así como los aprendizajes esperados debieran difundirse por todos los medios, de manera constante.
Los felicito por su iniciativa, espero que mi participación pueda sumarse a otras que deriven en un cambio para mejorar.
Atentamente, Guadalupe López.

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Imagen BBC