Aldo Ledon Pereira, representante de la organización Voces Mesoamericanas, afirma que en México ya hay avances para contar con un Banco de Información de ADN en Chiapas y platicó con Animal Político para reconstruir el largo trayecto que debe pasar para que un cuerpo logre ser identificado.
Desde las investigaciones periciales, la información que proveen las procuradurías locales –en este caso la de Chiapas—, hasta la colaboración de equipos internacionales forenses –como el Equipo Argentino de Antropología Forense que integra Mercedes Doretti— son algunos de los temas que forman parte del trabajo diario de Ledon Pereira, quien es el responsable de darle seguimiento a la alianza que firmaron con este equipo de forenses a nivel internacional.
“Tenemos 3 años de relación con el Equipo Argentino de Antropología Forense y el Proyecto Frontera podrá establecer mecanismos de intercambio y de restos no identificados, dada la emergencia”, explicó.
Desde que inició el combate al crimen organizado por parte del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa y dado el incesante flujo migratorio de centroamericanos y chiapanecos hacia Estados Unidos, miles de personas desaparecidas siguen esperando ser devueltas a sus seres queridos.
La creación de un Banco de Datos de ADN
Aldo Ledon explica cómo inició el Proyecto Frontera.
“El objetivo de este proyecto es mejorar el intercambio de procuradurías, dar un seguimiento a donde podrían estar las personas desaparecidas y también del protocolo que se le dan a los cuerpos no identificados. La información, el peritaje, cuando una persona queda en calidad de desaparecida, se tiene que ver desde la perspectiva de homologación de peritajes, que en todo el país pudiera existir un sistema único y con una misma proyección”, dijo.
Este proyecto no sólo incluye la creación del Banco de Datos de ADN. Es, al mismo tiempo, crear un mismo lenguaje entre procuradurías y entre peritos para llevar a cabo un protocolo específico para el levantamiento de datos de los desaparecidos y de los cuerpos que se vayan exhumando.
“El sueño o el ideal es contar con un sistema regional que pudiera abarcar desde Centroamérica hasta México y reconociendo que algo que nosotros decimos es buscarlos donde pudieran estar con vida”, explicó Ledon.
El proceso para que esto pueda ocurrir tardará varios años, reconoce el responsable del proyecto en Chiapas.
Quizá puedan pasar 15 años para que los mexicanos cuenten con un Banco de Datos de ADN totalmente autónomo, con presupuesto suficiente y con datos completos para encontrar a quienes estén desaparecidos.
“Depende también de las disposiciones políticas”, reconoce Ledon.
En Chiapas, el 11 de febrero de 2012, Voces Mesoamericanas firmó un convenio con el Equipo Argentino de Antropología Forense y con la Red de Apoyo a Migrantes en Chiapas así como el Consejo Estatal de los Derechos Humanos en Chiapas.
“La idea era tener toda la parte forense, pero también que estuviera regulado por la fe pública, ya que todo este trabajo hay que hacerlo siempre con apego a las leyes porque si en un futuro esto no se hiciera de esta manera, te pueden echar para abajo esta legalización”, dijo Ledon.
El Consejo tiene en Chiapas la facultad de dar fe pública y apoya para evitarle a una familia ir a un Ministerio Público, “porque conocemos la dinámica del Ministerio Público y que en muchas ocasiones se vuelve a revictimizar a la familia. Es darle apoyo psicosocial”.
Nada que ver con CSI
Los bancos de ADN que ya existen son los de Honduras, El Salvador y en Chiapas, México. “No hay aún convenios de colaboración específicos pero en Honduras y El Salvador tenemos un consorcio mixto tanto gubernamental como no gubernamental”, dijo Ledon.
Los bancos forenses son carpetas forenses que incluyen tomas de muestras de sangre y de ADN y se registra como tal un banco.
“El banco ya está caminando, se forman con los casos que nos van reportando las familias, vamos integrando día a día según la denuncia que nos hagan los familiares. Estos bancos son en colaboración con el equipo argentino, en Salvador y Honduras, con los familiares y está dentro de la Iniciativa del Proyecto Frontera”, cuenta Ledon.
Recién se autorizó por parte de la procuraduría local la exhumación de 73 cuerpos y se tomaron muestras de ADN. Aldo Ledon calcula que alrededor de 500 mil chiapanecos dejaron sus tierras para migrar hacia el interior del país o Estados Unidos.
Sin embargo, a diferencia de Argentina, donde sí se hicieron campañas mediáticas para promover que la gente acudiera a los bancos de datos genéticos para recabar información, en México aún no se hace pues todavía falta por concretar más apoyos.
Aquí puedes ver el anuncio hecho en Argentina:
“El banco todavía no tiene difusión masiva porque ante la inexistencia de un sistema de información, se vendría una oleada y más por el combate al crimen organizado. Hemos ido tejiendo con las procuradurías. Hay buena disposición de colaboración e ir más allá de los gobiernos en turno y dar este sentido y la necesidad de un sistema que se está manejando y al tener un sistema ya pulido y establecido pudiera servir como a nivel nacional”, explicó Ledon.
El banco, al ser mixto, cuenta con controles de información pero no se quiere especular sobre cuántos casos se han ido atendiendo.
“No hay números alarmantes, falta el sentido de la búsqueda y del derecho a la verdad y falta concientizar a las personas. Tenemos un número sobre el que hay que ir trabajando en cuanto a migrantes chiapanecos y esto se extendería”.
Y aclaró: “No es nada parecido a CSI. Ojalá y las cosas fueran parecidas o modernas, pero es rústico, no es lo que se ve. Es rústica la situación”, detalló.
En un futuro, la idea del Proyecto Frontera es que camine solo y se tenga integrada esta visión de los servicios forenses también desde la perspectiva de los derechos humanos.
“El trabajo de exhumaciones sí esta parado pero el de casos se siguen recibiendo. El caso de las exhumaciones requiere de gastos y de delicadeza. Sabemos que va a ser un trabajo no de un año sino de muchos años”.
Crisis humanitaria como una guerra
Aldo Ledon hizo un análisis propio de cómo se encuentra la crisis humanitaria que le ha tocado ver.
“Conscientes no sé si estamos. Informados sí. Las cifras en algún momento rebasaron cualquier tipo de realidad, más allá de un comparativo, porque comparar la situación es un tanto lúgubre en el sentido de muertes y desapariciones. Tenemos sentido de emergencia, sí. Y siguen los asesinatos.
“Concientizados no sé si estamos. Sabemos que el tema está pero hay que comenzar a reconocer eso, a saber cómo se han empezado a organizar las familias en México y buscar justicia.
El punto de organización apenas está pasando y esto venía en menor escala y cuando no nos afecta a todos directamente no lo racionalizamos, no lo sentimos. Con esta situación de desaparición de violencia, de asesinatos, apenas comenzaron a aliarse las familias. Vamos caminando por un proceso largo. Ningún país está preparado para ver tanta muerte, tanta violencia física y sistemática pero qué bueno, la idea es tener que actuar y desde las trincheras que nos tocan a todos.
Desde el análisis del forense, desde este punto más mortuorio, pero en general, estamos comenzando a ese despertar de la realidad que está atravesando este país”, concluyó.
Aquí pueder leer una entrega previa sobre este proyecto, publicada en Animal Político el 25 de marzo de 2013: Proyecto Frontera: Buscando la identidad de 25 mil desaparecidos.