La solución al problema de la educación es muy simple: a los verdaderos docentes hay que darles un salario digno con el que puedan vivir sin distraer su atención en si la quincena alcanza o no.
Cabe destacar que hace treinta años no existía la licenciatura en Educación primaria; es importante señalar que estamos dispuestos a actualizarnos, que no nos negamos al cambio, pero de manera justa y sin sentirnos intimidados por el patrón, y sobre todo sin el temor de perder el recurso que medio nos mantiene con vida.
Que se nos apoye para prepararnos y superar la expectativa para mejorar la calidad de la educación, pero que también se piense en un salario digno.