La inesperada renuncia de Joseph Ratzinger como máximo representante de la Iglesia católica asombró al mundo entero. En México, la dimisión de Benedicto XVI causó gran revuelo, la noticia llegó a oídos de la mayoría de la población: el 95 por ciento se enteró de la decisión que tomó el soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano. Sin embargo, de acuerdo con la última encuesta en vivienda de Parametría, seis de cada diez mexicanos avalan la abdicación del pontífice por cuestiones de edad .
Pese a la sorpresa, el 64 por ciento de los entrevistados coinciden en que el Papa puede dejar el cargo de Sumo Pontífice cuando lo considere conveniente, contrario al 25 por ciento que considera que Benedicto XVI debe permanecer a la cabeza de la Iglesia católica hasta que muera. La aceptación del ‘retiro papal’ es generalizada, pero está se acentúa en las mujeres, el 66 % concuerda con que la persona que ocupe el papado pueda dimitir, tres puntos porcentuales más que los hombres.
De igual manera, el 73 % de los adultos de 46 a 55 años son los que más apoyan la decisión de Ratzinger de concluir con su pontificado. Esta percepción es reforzada por el 67 % de aquellos que se declaran católicos, y por el 74 % de los entrevistados con secundaria o preparatoria incompleta. Los oponentes a la posibilidad de la renuncia o abdicación del Papa son aquellos que expresaron ser practicantes distintos de los católicos, protestantes, cristianos o testigos de Jehová, así como los encuestados sin educación formal.
La opinión de la población es consistente, seis de cada diez entrevistados también creen que la abdicación de Ratzinger del cargo de Papa no afectará a la Iglesia católica. Los mexicanos distinguen que la conclusión del papado de Benedicto XVI no es el fin de la institución religiosa, aunque el Papa sea la cabeza de la organización apostólica, ésta no se verá mermada por la repentina declinación del jerarca. Posiblemente, la imagen positiva que los encuestados tienen de la institución religiosa ha incidido en dicha percepción .
Al analizar los distintos segmentos que conforman el estudio, observamos que ocho de cada diez hombres confían en que la abdicación de Benedicto XVI no afectará a la Iglesia, opinión que rebasa –en esta ocasión- la percepción de las mujeres. Sólo cinco de cada diez mexicanas aseveran que la jubilación de Ratzinger no repercutirá en la institución religiosa del Vaticano. Los adultos entre los 26 y 35 años de edad concuerdan con dicha idea, al igual que los practicantes de otras religiones, quienes ante ésta pregunta respondieron que la renuncia del Pontífice no dañará la entidad apostólica. Asimismo, los encuestados con secundaria o preparatoria trunca, junto con aquellos que tienen una carrera profesional o licenciatura concuerdan en mayor medida con que la Iglesia católica no se verá afectada pese a la declinación de Benedicto XVI.
De igual manera, seis de cada diez mexicanos aseveran que la renuncia de Joseph Ratzinger no perjudicará la fe de los católicos. Dicha percepción es robustecida por distintos segmentos de la población: siete de cada diez hombres, así como siete de cada diez encuestados que oscilan entre los 26 y 35 años de edad, junto con aquellos que no profesan alguna religión, y aquellos que tienen educación media y media superior trunca niegan que la conclusión del pontificado de Benedicto XVI merme la fe de los católicos.
En los perfiles expuestos se observó cierta relación entre la escolaridad de la población encuestada y la aceptación de la renuncia del máximo representante de la Iglesia católica. No se puede concluir que a mayor educación mayor tolerancia, pero hay cierta congruencia entre la población de escolaridad media y el consentimiento de la declinación de Ratzinger como Sumo Pontífice.
Los datos, también, demuestran que la fe de los católicos no reside en la persona que ocupa el cargo de Papa de la Iglesia católica, es decir, Ratzinger no es el depositario de la confianza de los fieles sino que está radica en la figura del jerarca. Es así que para los entrevistados no importa quién sea el nuevo Pontífice, esto no cambiará la fidelidad de sus seguidores ni la percepción -que hasta el momento- el resto de la población tiene de la institución religiosa ni del Papa.