La publicista de la cantante estadounidense Beyoncé pidió este jueves a un sitio web que retirara fotografías “poco favorecedoras” de la estrella, que fueron tomadas durante su show en el Super Bowl el pasado domingo.
Pero ocurrió lo que en internet se conoce como el “efecto Streisand”: cuando el intento de censurar una información fracasa e incluso termina volviéndose contraproducente para el afectado, porque recibe mayor publicidad de la que habría tenido si no se hubiese intentado esconder.
El nombre se debe a que en el año 2003, Barbra Streisand pidió eliminar la foto de una de sus mansiones y consiguió el efecto contrario.
Esta vez, la página Buzzfeed había preparado una galería de imágenes con el título “Los 33 momentos más intensos del show de Beyoncé”, en la que resaltaba su confianza y su forma de mostrarse al público. Algunas de ellas mostraban a la cantante haciendo extrañas muecas.
Por eso la publicista de la estrella escribió un correo electrónico dirigido al sitio web.
“Hay algunas imágenes poco favorecedoras en su página que respetuosamente les pedimos cambiar. Estoy segura de que podrán encontrar mejores”.
“Las peores son la 5, 6, 10, 11, 12, 19 y 22″, añadió.
Para su sorpresa, Buzzfeed.com rechazó el pedido, hizo público el texto del correo e inmediatamente las fotos “prohibidas” de Beyoncé se volvieron virales en la red.
Difícil control
Los montajes fotográficos y memes (conceptos que se popularizan a través de internet) creados con las imágenes de la cantante ya están por todas partes.
Puede vérsele levantando pesas o con la piel verde como si se tratara del personaje de Hulk. Incluso el personaje de Homero Simpson aparece tratando de imitar sus movimientos.
Nesta McGregor, reportero de entretenimiento del programa Newsbeat de la BBC, explicó que la agencia Getty -quien posee los derechos de las fotos- recibió un pedido similar y removió las imágenes originales de su archivo.
Aunque no podrán venderse a partir de ahora, es imposible controlar las que ya se encuentran publicadas.
“No es inusual que las celebridades o las compañías que los manejan realicen este tipo de pedidos”, dice McGregor.
“En algunos casos los fotógrafos que son invitados a eventos privados deben firmar documentos que les prohíben utilizar fotografías sin que antes hayan sido aprobadas. Sin embargo, cada vez se vuelve más difícil para las estrellas controlar lo que pasa con ellas, mucho más si los eventos se realizan en lugares públicos”.
En efecto, bajo las leyes actuales, cualquier imagen tomada con una cámara o cualquier otro dispositivo similar pertenece a su autor.
Hace poco, una fotografía del cantante Justin Bieber fumando se publicó en la página de entretenimiento TMZ.com. Se cree que fue tomada con un teléfono inteligente, mientras se encontraba en una habitación de hotel en California.
En el caso de Bieber, la filtración provocó que se prohibiera fotografiar al cantante en lugares privados sin permiso previo.
Mientras tanto, y al menos por ahora, a Beyoncé y su publicista no les quedará más que esperar a que pase el revuelo.