Es 10 de octubre de 2012 y Christopher Ortiz Jiménez, promotor musical muy conocido en la escena metalera capitalina, sale de su casa, en Satélite, a bordo de su BMW, con rumbo al Centro Histórico. Son las 18:30 horas y circula por Periférico, desde donde realiza una llamada a sus abuelos, una hora después de iniciado su recorrido.
De lo que con sus familiares platica el joven de 34 años, también locutor de radio, nada les hace pensar que esté atravesando por una situación anormal y, de hecho, su plan expreso es volver a Satélite, para verse con su novia, tras cumplir una cita en la calle Madero.
Treinta minutos después, sin embargo, de Christopher se pierde todo rastro.
“¿Es una desaparición, es un secuestro, es un levantón? –se pregunta Georget, su madre– No sé cómo se llame esto. Sólo sé que mi hijo desapareció, con todo y su auto, un BMW serie 325I, y que ninguna autoridad nos ha ayudado: la PGR y las procuradurías del DF y del Estado de México dicen que no está involucrado el crimen organizado y que por eso no hay nada que hacer, pero no es posible que lleguen a esta conclusión sin haber realizado ninguna investigación; además, el Instituto Federal Electoral se negó a facilitarnos la huella digital de mi hijo, que en hospitales nos han solicitado, para hacer una búsqueda efectiva… y he pasado así cuatro meses de angustia y sufrimiento, buscándolo sólo con apoyo de nuestros amigos“.
Laberinto burocrático
La denuncia por la desaparición de Christopher fue admitida por la Procuraduría del Estado de México, pero no para iniciar una indagatoria formal, sino para incluir el caso en su lista de personas extraviadas y, acusó su madre, aún cuando la familia ha recabado información valiosa para su búsqueda, las autoridades mexiquenses “no han hecho absolutamente nada: no han solicitado los videos de las cámaras de vigilancia que hay en Periférico, ni tampoco pidieron el historial de llamadas de su celular, que posteriormente yo logré obtener y le proporcioné a la PGJEM, y ni aún así han investigado los teléfonos desconocidos desde los que mi hijo recibió llamadas, durante el lapso en que desapareció”.
Por su parte, la Procuraduría del DF emitió una ficha de búsqueda, aunque, afirma la señora Georget, días después el Centro de Atención a Personas Extraviadas y Ausentes le anunció que abandonaba el caso, “porque nada les hacía pensar que la desaparición ocurriera en el territorio del Distrito Federal”.
En la misma línea, la Procuraduría General de la República descartó en automático que se trate de un caso de desaparición forzada y “se negó a atendernos”, mientras que en el Instituto Federal Electoral “se negaron a proporcionarnos la huella digital de Christopher y, a pesar de que les llevé toda la documentación judicial sobre su desaparición, me dijeron que sólo con la orden de un juez podrían ayudarme, y tal vez ni siquiera con eso, tal como me advirtieron”.
Además, abunda, la Presidencia de la República, “a la que hemos escrito en distintas ocasiones, solicitando su auxilio, incluso a través de la cuenta personal de presidente Enrique Peña Nieto en Twitter, nos ha ignorado tajantemente”.
La única autoridad que ha brindado algún apoyo a la familia del locutor es la Comisión de Derechos Humanos del DF, la cual, narra Georget, “me orientó y acompañó a presentar la denuncia nuevamente ante la PGR, pero no ya en sus oficinas centrales en la capital del país, sino en una delegación estatal, para obligar así a que inicie el trámite de recepción, declaración de no competencia y posterior turnado a las sede principal de la Procuraduría General de la República… sólo así logramos que la PGR se involucre, aunque yo me pregunto ¿cuánto tiempo deberá pasar para que el expediente dé toda esa vuelta y llegue, por fin, al mismo punto al que, desde hace meses, acudí sin obtener respaldo? Las autoridades en todas partes sólo han complicado las cosas, con sus trámites burocráticos, su despotismo, su indolencia y su desgano ante el dolor que vivimos”.
Voluntad de metal
Ante la falta de atención oficial, la búsqueda de Christopher ha recaído exclusivamente en sus familiares y amigos, que han realizado diversas acciones para difundir el caso, entre las que se encuentran la apertura de las cuentas @CHRISTOORT, en Twitter, y Buscando a Christopher Ortiz, en Facebook, además de que en enero pasado, una decena de bandas de heavy metal realizaron un concierto benéfico para recaudar fondos con los cuales imprimir carteles de localización.
Sin embargo, denunció la madre, las autoridades han obstaculizado aún estas labores que autónomamente han emprendido los amigos y seres queridos de Christopher, cuya voz solía escucharse en el pasado a través del Instituto Mexicano de la Radio y, hasta 2012, en Televisa Radio.
“En noviembre colocamos diversas mantas con su retrato y los teléfonos a los que podían comunicarse quienes pudieran tener datos que apoyaran en su búsqueda en distintos puntos de la Ciudad de México –narra Georget–, y todas fueron retiradas el mismo día: el 16 de diciembre, no sé si las autoridades creían que estas mantas evidenciaban su ineficiencia y por eso las quitaron, no lo sé… Yo sabía que estas cosas pasaban porque las veía en las noticias, pero nunca pensé que en mi familia fuera a caer esta desgracia, nunca lo creí, no puede ser… me entra la desesperación y los miedos, y todo –concluye entre lágrimas.
Si tú posees algún dato que pueda ayudar en la búsqueda de Christopher Ortiz Jiménez, puedes proporcionarlo a los teléfonos 51131091 (PGJEM), 53464268 y 018000025200 (PGR), así como a las cuentas en redes sociales antes citadas y al correo electrónico [email protected].