Minutos después que la Procuraduría (fiscalía) General de la República (PGR) anunció la captura de Elba Esther Gordillo Morales, líder de los maestros en México y acusada de desviar en su provecho US$208 millones de recursos públicos, en las redacciones de todos los medios mexicanos empezó a repetirse una frase: “es otro quinazo”.
Se referían al episodio de enero de 1989, cuando fue detenido Joaquín Hernández Galicia, conocido como La Quina, quien era el líder más poderoso del Sindicato de Trabajadores Petroleros y que virtualmente controlaba la vida de Pemex, la empresa pública más importante de México.
La comparación no pareció gratuita. Gordillo Morales es presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que con sus 1,6 millones de afiiados representa la organización sindical más grande de América Latina.
Gordillo, a quien muchos llaman La Maestra, es quizá la mujer más polémica de México, una de las más repudiadas según encuestas, y también la más poderosa.
Organizaciones civiles la responsabilizan de la crisis de educación del país, pues con el sindicato que encabeza se ha opuesto a la evaluación de los maestros y a varios intentos de reformar el sistema de impartición de clases.
El resultado es que en algunos rubros México ha obtenido las calificaciones más bajas entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Sin embargo, algunos analistas decían, pocas horas después del arresto, que se trataba de una noticia de mucha más envergadura que “el quinazo”.
La Quina fue liberado hace varios años, pues la PGR no pudo probarle que se enriqueció con recursos sindicales. El juicio contra La Maestra apenas inicia.
La mejor aliada
Como el exlíder petrolero, Gordillo Morales ha sido acusada públicamente de utilizar recursos sindicales para financiar una vida de lujos, así como de combatir la disidencia interna en el SNTE.
Sus familiares y amigos leales han ocupado altos puestos en la administración federal, donde también enfrentaron escándalos de corrupción y pocos resultados.
Y sin embargo, La Maestra mantuvo su posición en la cúpula política del país. ¿Por qué?
De acuerdo con especialistas parte de su sobrevivencia es el poder que ejerce en el SNTE -a una orden suya se podrían cerrar las escuelas del país-, pero también, coinciden especialistas, porque se convirtió en una eficaz aliada política para los últimos cuatro gobiernos de México.
Elba Esther fue designada líder del SNTE en 1989, cuando fue destituído el entonces secretario general Carlos Jonguitud Barrios de quien La Maestra era su principal aliada.
Iniciaba el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, quien asumió el poder tras unas cuestionadas elecciones. La oposición más fuerte venía de la disidencia del sindicato magisterial, agrupada en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y que por esos años ganaba adeptos con rapidez.
La Maestra detuvo el crecimiento de la disidencia. Algunos analistas coinciden en que esta operación le ganó el respaldo del presidente Salinas, y el respeto político de su sucesor, Ernesto Zedillo, con quien Gordillo no tenía una buena relación.
A pesar de eso apoyó una iniciativa oficial para descentralizar a los gobiernos locales el control de la educación básica, pero sin que el SNTE perdiera la representación de los profesores.
El poder de La Maestra, sin embargo, creció a partir de 2000, cuando el PRI perdió la presidencia frente al Partido Acción Nacional (PAN).
Auge
En el gobierno de Vicente Fox (2000-2006) Elba Esther Gordillo pretendió negociar ante el Congreso las iniciativas gubernamentales de reforma fiscal y energética, pero no pudo franquear la oposición de los legisladores de izquierda y del Partido Revolucionario Institucional.
Tras esta fallida operación La Maestra abandonó el PRI donde militó desde 1960, y fundó el Partido Nueva Alianza (Panal) que le permitió establecer nuevas alianzas políticas con gobernadores y alcaldes.
El Panal y el SNTE fueron fundamentales en la elección presidencial de 2006, reconocen analistas. Miles de maestros hicieron trabajo político en favor del candidato Felipe Calderón, al tiempo que orquestaron una campaña en contra del aspirante del PRI, Roberto Madrazo, adversario de La Maestra.
Incluso Elba Esther Gordillo llamó personalmente a varios gobernadores para convencerlos de apoyar al candidato del PAN. Así, Calderón ganó la presidencia con 0,56% de los votos, que según algunos analistas los obtuvo gracias a la operación electoral de los maestros… Y de su líder.
La tarea en favor del PAN rindió frutos. Durante sus gobiernos, personajes leales a Gordillo Morales mantuvieron el control de la Secretaría de Educación, la Lotería Nacional y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE): las dependencias públicas más importantes para la vida de los maestros.
Epitafio
El escenario cambió el 1 de diciembre de 2012, cuando Enrique Peña Nieto asumió el gobierno del país. Una de las primeras señales fue el nombramiento de Emilio Chuayffett, un fuerte adversario de La Maestra, como secretario de educación. Y otra fue el anuncio de una reforma educativa que en los hechos restaría poder a la líder del SNTE.
Desde el primer día Gordillo Morales expresó su desacuerdo, e incluso el Sindicato anunció una serie de movilizaciones en las calles para combatir la iniciativa presidencial.
Pero la reforma se promulgó el pasado 25 de febrero. Un día después, La Maestra fue detenida.
Este miércoles el Comité Ejecutivo del SNTE tenía prevista una reunión extraordinaria para afinar la estrategia, y un día después Elba Esther Gordillo conversaría con BBC Mundo, una entrevista solicitada desde meses atrás. Las cámaras quedaron apagadas.
En su última aparición pública, el 6 de febrero, la dirigente pareció lanzar un reto. “Me voy cuando los maestros lo pidan, las amenazas no me quitan. Para morir nací y quiero morir con un epitafio: aquí yace una guerrera, y como guerrera murió”.