Hace unos días el gobierno de Acapulco festejaba que, en el primer fin de semana largo de este año, la ocupación hotelera en ese destino turístico mexicano fue superior al 90%. Pero la alegría se esfumó pronto.
La madrugada del lunes seis turistas españolas fueron atacadas sexualmente en la cabaña donde descansaban, en la playa de Barra Vieja.
La noticia se destacó en medios de todo el mundo y puso en alerta a las autoridades locales. El incidente, reconocen especialistas, puede echar por tierra los esfuerzos para recuperar la imagen de uno de los principales destinos turísticos del país.
Desde hace varios años Acapulco vive una intensa ola de violencia por la disputa de al menos dos carteles de narcotráfico, que pretenden controlar el mercado local de drogas así como una de las principales rutas de tráfico hacia Estados Unidos, según documentó la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
La batalla, que en ocasiones se libra cerca de las playas y negocios más visitados por los turistas, provocó que varios países como Canadá y España recomendaran a sus ciudadanos extremar precauciones al visitar el puerto.
El gobierno desplegó a cientos de soldados, policías e infantes de Marina para cuidar el puerto, y durante algún tiempo la violencia empezó a disminuir. Pero tras el ataque sexual la situación puede cambiar, reconoció el alcalde Luis Walton.
“No tengo la menor duda que nos va a afectar, tenemos que hacer un trabajo especial pero sí nos va afectar”, dijo a medios locales.
¿Respuesta?
Acapulco se encuentra en el estado de Guerrero, en el sur del país, uno de los principales centros de producción de marihuana y goma para producir heroína, según la SSP.
Una característica de la que el puerto se mantuvo ajeno durante décadas, hasta que a partir de 2008 se convirtió en una trinchera más de la guerra contra el narcotráfico.
Vale la pena precisar que hasta el momento no se ha asociado el caso de las turistas españolas con la violencia del narcotráfico.
A los problemas de Acapulco se sumaron la crisis financiera internacional y la pandemia de AH1N1 en 2009. El resultado fue una drástica caída en el flujo de visitantes.
De hecho en 2011 el número de turistas bajó a la mitad del promedio normal debido a la percepción de inseguridad, según reconocieron autoridades.
El mercado empezó a recuperarse en los meses siguientes, pero ahora los especialistas creen que la tendencia puede revertirse y afectar no sólo al puerto sino al resto del país.
“Sin duda la imagen del destino registrará daños importantes, los cuales también repercutirán en la imagen de la marca México”, señala el consultor Gabriel Cabello Martínez, en un artículo publicado en el diario El Universal.
Y advierte: “Al día de hoy no se ha visto respuesta alguna y en la oportunidad y la rapidez de la respuesta está el que no se forme una imagen negativa que quede grabada en la mente de los consumidores potenciales”.
“Indicios firmes”
Hasta ahora se desconoce el impacto de la agresión sexual en la percepción de los visitantes extranjeros, pero algunos funcionarios reconocieron que el daño puede ser importante.
Y es que el ataque ocurrió días después que en la Feria Internacional de Turismo realizada en Madrid, España, la delegación oficial de México afirmó que los balnearios y otros destinos turísticos están exentos de la violencia.
Sucede, además, a unas semanas de que en Acapulco se realice uno de los principales eventos deportivos del país, el torneo Abierto Mexicano de tenis donde está programada la asistencia de los jugadores españoles Rafael Nadal y David Ferrer.
El ataque echa por la borda los esfuerzos realizados hasta el momento para atraer visitantes, dijo el secretario de Turismo de Quintana Roo, José Carlos González, a medios locales. “Da al traste con todo eso”, reconoció.
Mientras, las autoridades intentan contener el eventual daño en su imagen. El gobierno de Guerrero aseguró en un comunicado que el ataque “no quedará impune”, mientras la procuradora (fiscal) Martha Elva Garzón, aseguró que existen “indicios firmes” para capturar a los agresores.
Por el momento ni las autoridades ni las asociaciones de hoteleros han registrado alguna cancelación de habitaciones en el destino turístico por el ataque.