Ni la crisis económica, ni la intervención en Mali, fueron prioridad para los medios de comunicación de Francia la noche de este miércoles.
Los canales de información suspendieron su cobertura tradicional para reemplazarla con ediciones especiales sobre el caso Florence Cassez, la francesa que fue liberada de una cárcel en México tras cumplir siete años de una condena de 60 por su participación en el secuestro de tres personas.
La Suprema Corte de México consideró en su fallo que el proceso que la llevó a la cárcel estuvo viciado de origen por diversas irregularidades.
Tanto los medios como los políticos de Francia celebraron la noticia.
Algunos periodistas evocan los “2.603 días de injusticia” vividos por Cassez, los ocho años de “enredos judiciales” y subrayan “el valor” de la francesa.
“Ni ira, ni rabia”
Apenas fue dada la noticia, los franceses pudieron vivir, a través de los canales y de las emisoras, la emoción de Jean-Luc Romero, presidente del comité de apoyo de Cassez, y de Charlotte Cassez, la madre de Florence.
“Estallé de alegría, reí y lloré”, al escuchar la decisión de la justicia mexicana, dijo.
“Mi hija ha luchado, ha ganado su libertad, adoro a mi hija, es extraordinaria”, añadió, antes de especificar que ya no siente “ni ira, ni rabia” por lo ocurrido.
La pregunta que se hacen los franceses ahora es ¿qué cambió para hacer posible la liberación de Cassez después de tantos años en la cárcel?
Entre las respuestas destacan nuevas nominaciones en la Corte Suprema de Justicia de México para estudiar el caso.
Cambio político
Las relaciones diplomáticas también fueron importantes para llegar a la liberación de Cassez. El expresidente Nicolas Sarkozy empezó las negociaciones con las autoridades mexicanas. Y el nuevo jefe de Estado, siguió el mismo camino.
El cambio político pudo ayudar, dicen los periodistas. El expresidente de México, Felipe Calderón, se oponía con firmeza a la liberación de la francesa. Canceló el año cultural de México en Francia en 2011, cuando supo que el evento se dedicaría a Cassez.
Ahora que Calderón fue sucedido por Enrique Peña Nieto -subrayan los medios franceses- la diplomacia entre ambos países también ha cambiado.
El presidente Hollande saludó la liberación de su compatriota. “Está terminando un período particularmente doloroso”, dijo después del anuncio, además de agradecer a la justicia mexicana que, dijo, “hizo prevalecer el derecho”.
Ahora que fue liberada, la prensa francesa se pregunta cómo va a reaccionar la opinión pública mexicana.
La polémica se queda en México
Una escena define las horas que se viven en México tras la liberación de Florence Cassez: al salir de la prisión a bordo de una camioneta, escoltada por policías, familiares de víctimas de secuestro corrieron al paso del vehículo mientras gritaban “¡Asesina!”.
Es parte de la reacción al fallo de la Suprema Corte (SCJN) que anuló la sentencia que cumplía la francesa.
En un país que vive la peor ola de violencia del último siglo, la decisión de los ministros (jueces) ha dividido las opiniones.
En estaciones de radio es frecuente escuchar críticas de activistas contra el secuestro quienes cuestionan a los jueces por “olvidar a las víctimas”. Muchos incluso dicen que otras personas sentenciadas por este delito pueden salir libres tras la decisión de la Corte.
Pero otros cuestionan estos argumentos y recuerdan que el caso de Florence Cassez nunca hubiera ocurrido sin el montaje televisivo que realizó la desaparecida Agencia Federal de Investigación (AFI).
El debate ha sido particularmente intenso en las redes sociales de internet. En Twitter, por ejemplo, la directora de la Orquesta Filarmónica de las Américas, Alondra de la Parra, envió varios mensajes para describir la forma como Cassez y su padre abordaron el vuelo 439 de Air France, así como el ambiente que se vive dentro del aparato.
De la Parra coincidió en el mismo vuelo que llevó a la francesa a París. “Yo no soy reportera pero intento compartirles”, dijo en un mensaje antes que el aparato despegara del aeropuerto de Ciudad de México.
“Cuando lleguemos me dicen que van a bajar a #Cassez primero y que habrá mucha gente esperándola , (eso dice mi cuate el sobrecargo francés)”, señala en otro mensaje.
Durante la noche del miércoles, mientras algunas televisoras transmitían en vivo el momento en que el avión de Air France despegaba del aeropuerto mexicano, las comunicaciones de De la Parra fueron de las más vistas y citadas en Twitter.
Y no fueron las únicas. En las redes sociales abundaron los mensajes que criticaban el papel de la empresa Televisa en el montaje que dio inicio al caso.
¿Qué sigue?
La liberación de Florence Cassez revive uno de los debates más intensos de los últimos años: el castigo a los delincuentes, especialmente secuestradores.
Estadísticas oficiales indican que sólo 2 de cada 100 delitos es sancionado con una condena en prisión, y esta cifra es aún menor en el caso de la privación de la libertad, como se define legalmente el secuestro en México.
Así, el que la Corte ordenara la libertad de la francesa sin cuestionar su responsabilidad en los delitos de que se le acusa, provocó molestia en algunos políticos y activistas.
Senadores del conservador Partido Acción Nacional (PAN), que perdió la reciente elección presidencial, advirtieron que el mensaje de la SCJN “nos alerta retrocesos en la justicia mexicana y sienta un peligroso precedente de impunidad a favor de criminales y secuestradores”.
Pero otros, en cambio, ven saludable la libertad de Cassez.
“Sienta un muy relevante precedente para garantizar la vigencia del debido proceso en México”, dijo Rocío Culebro, directora del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia.
“Se debe investigar y sancionar a los responsables, tanto a los delincuentes como a los funcionarios públicos para que estos hechos no permanezcan en la impunidad”, señaló por su parte María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.
Analistas creen que la polémica no cesa con la liberación de Cassez, pero al mismo tiempo ven que con su partida se ha cerrado uno de los capítulos más complejos de los últimos años.