El pasado lunes 21 de enero, en el estado de Chiapas, el presidente de México Enrique Peña Nieto presentó un programa denominado “Cruzada Nacional Contra el Hambre”, con la intención de coordinar el trabajo de dependencias estatales y federales ya existentes para mejorar su eficacia en el combate contra la pobreza.
Amnistía Internacional (AI) emitió hoy un pronunciamiento público en el que considera que la cruzada es un paso correcto, pero observa con preocupación la falta de claridad sobre cómo se ejecutará la estrategia.
AI recordó en su pronunciamiento que los últimos presidentes de México también se habían comprometido a acabar con la pobreza, por lo que el gobierno federal debe indicar claramente las acciones que tomará en el corto, mediano y largo plazo para atender a toda la población que se encuentra en esa situación.
La organización señala que si bien el plan anunciado enfatiza un carácter no asistencial, así como una inclusión de quienes viven en la pobreza en las soluciones, preocupa a la organización la falta claridad sobre la manera en la cual se lograran estos objetivos y en cómo instituciones ya existentes van a ser capaz de lograrlos por el simple hecho de mejorar la coordinación.
Asimismo, AI se dice preocupado por la ausencia de partidas presupuestarias específicamente destinadas a la ejecución de este plan en el Presupuesto de Egresos de la Federación, ya que se llevará a cabo con el presupuesto que ya estaba previsto para programas como Oportunidades.
Amnistía Internacional considera que además de lo dado a conocer, esta estrategia deberá:
El día en que se dio a conocer la Cruzada Nacional contra el Hambre, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) lanzó un comunicado gráfico en respuesta al programa, lanzado por el presidente Enrique Peña Nieto en Las Margaritas, Chiapas.
Dirigido a “Alí Baba y sus 40 ladrones (gobernadores, jefes de gobierno y lame-suelas)”, el subcomandante insurgente Marcos emitió un comunicado a nombre del EZLN, en el que califica de “limosna” la Cruzada.