Reforma publica que la ordeña que hace el crimen organizado de ductos de Pemex le cuesta por partida doble a la paraestatal: en pérdidas de combustible y en reparar la infraestructura dañada.
Y es que, cada año, la petrolera debe destinar millones de pesos a rehabilitar los ductos averiados por las tomas clandestinas.
Tan sólo en 2011, la petrolera asignó 2 mil 655 millones de pesos para arreglar un total de mil 419 tomas en diversos ductos, recursos tres veces mayores a lo invertido en 2010, cuando fueron 849 millones en 710 tomas, según reportes de cada subsidiaria solicitados por REFORMA vía transparencia.
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