Los manifestantes del grupo Ocupemos Wall Street que crearon el año pasado un movimiento de organizaciones populares a nivel mundial con gran dominio de las redes sociales se han constituido en una gran fuerza después de la supertormenta Sandy, al desplazarse por toda el área de Nueva York y distribuir ayuda que incluye comida caliente, medicamentos y frazadas.
Fueron los integrantes de Ocupemos los que le llevaron alimentos y agua a Glenn Nisall, de 53 años, que vive solo en Rockaway, un área aislada de la devastada costa sur del condado de Queens.
“Dije: ¿Ocupemos? ¿Ocupemos Wall Street?”, contó Nisall. “Le dije: sí hombre, soy uno del 99%, ¿sabes?”.
El movimiento Ocupemos Wall Street comenzó a fines del 2011 en el Parque Zuccotti, en el sur de Manhattan, cuando un grupo de manifestantes emplazaron tiendas de campaña y juraron quedarse en el lugar hasta que los líderes mundiales compartieran lo justo con el “99%” que no controla la fortuna del mundo.
Ocupemos se hizo popular en todo el mundo mientras el campamento se expandía en el área de Wall Street e inspiraba a otros grupos por doquier. Después de varios meses el movimiento no logró mantenerse por falta de un liderazgo uniforme y casi quedó olvidado. Pero sus organizadores y el espíritu inspirador han persistido, hallando una nueva causa en medio del desastre: Ocupemos Sandy.
El renacimiento del grupo tuvo lugar en la iglesia St. Jacobi de Brooklyn un día después de la supertormenta, donde los miembros de Ocupemos establecieron su base de operaciones y se valieron de las redes sociales como Twitter y Facebook a fin de difundir la noticia entre sus adeptos.
Persiste la misma llama de camaradería que existía en Zuccotti, mientras que gente joven de barba desaliñada y portando walkie-talkies planean las actividades de la jornada. Las donaciones llegan en camionadas y son distribuidas en el sótano, que parece un almacén de productos que escapan a la imaginación, desde sopa en lata y comida para perros hasta fundas de cubrecamas.
“Estos jóvenes hacen historia“, destacó Mark Naison, catedrático de la Universidad Fordham que ha estudiado al movimiento Ocupemos Wall Street. “Es gente joven que se niega a permitir que la gente sufra sin que ellos se esfuercen para hacer algo a fin de impedirlo”.
Ahora el grupo tiene decenas de centros de auxilio por toda la ciudad y un gran número de voluntarios que son transportados hasta las áreas más necesitadas. Coordinan con los grupos comunitarios y organizaciones de voluntarios.
En el Parque Rockaway, Diego Ibañez, de 24 años, integrante de Ocupemos colabora en el esfuerzo de asistencia y por las noches duerme en el suelo en un centro comunitario en una cuadra de casas destruidas por el fuego.
¿Se trata del mejor momento del movimiento Ocupemos Wall Street? En el sótano de la iglesia, Carrie Morris hace una pausa en su tarea de doblar frazadas y colocarlas en bolsas de basura, y sonríe ante la idea.
“Siempre hemos mantenido la ayuda mutua como base del grupo”, manifiesta. “Creo que esa es la idea, ayudarnos mutuamente y servir de modelo a una gran sociedad. Todos deberíamos estar haciendo esto”.
AP