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Obama derrotó a Romney con un ‘megacerebro’ que controla Facebook
Obama derrotó a Romney con un ‘megacerebro’ que controla Facebook
3 minutos de lectura

Obama derrotó a Romney con un ‘megacerebro’ que controla Facebook

09 de noviembre, 2012
Por: Dulce Ramos
@WikiRamos 

El diario español Público publica hoy un reportaje en el que asegura que durante dos años, un misterioso equipo de informáticos y matemáticos se encerró en un recinto sin ventanas, aislado en un extremo del ala norte del cuartel general electoral, en Chicago, del presidente estadounidense.

Sólo el jefe máximo de la campaña, Jim Messina, estaba al corriente de lo que ocurría bajo estricto secreto entre las cuatro paredes de aquella sala blindada, donde una formidable maquinaria dirigida por el científico jefe Rayid Ghani funcionaba veinticuatro horas diarias, los siete días de la semana, calculando sin cesar complejas ecuaciones.

Regularmente, los técnicos viajaban a Washington para abrir sus portátiles y tablets en la Roosevelt Room de la Casa Blanca e informar de sus avances al propio Obama y a un reducido grupo de sus más fieles colaboradores.

Cuando los periodistas trataban de sonsacar al portavoz de la campaña, Ben LaBolt, sobre el significado de aquellos impenetrables experimentos, con extraños nombres clave como Narwhal o Dreamcatcher, que se desarrollaban en lo que acabó llamándose “La Cueva”, él se limitaba a bromear: “Son nuestros códigos nucleares”.

Tres días antes de las votaciones, cuando todos los sondeos auguraban un empate absoluto entre los dos candidatos, Obama padecía el índice de popularidad más bajo en campaña de cualquier presidente desde 1980 y la tasa de desempleo permanecía más alta de lo que ningún inquilino de la Casa Blanca había sido capaz de superar desde Reagan (en su reelección del 84), el máximo estratega del líder demócrata, David Axelrod, reunió al gabinete presidencial de crisis y sentenció: “Ahora, lo único que tenemos que hacer es ejecutar”… y Chicago disparó el arma electoral total.

En la noche del escrutinio, ni los analistas más avezados, ni mucho menos los expertos reunidos en torno a Romney, se explicaban cómo era posible que prácticamente todos los decisivos estados bisagra (menos Carolina del Norte) estuvieran cayendo, uno tras otro, en el campo del presidente. Ohio, Virginia, New Hampshire, Indiana, Colorado, Florida, Iowa… fueron decantándose por Obama, todos ellos por estrechísimos márgenes, hasta que las cadenas de TV, empezando por la ultraderechista Fox, se rindieron a la evidencia: el líder demócrata había vapuleado a su gran rival republicano.

Sólo un medio de comunicación, TIME, estaba al tanto de la táctica secreta que definió esa victoria, y sus periodistas estaban juramentados a no revelarla hasta que se proclamase un vencedor. Eso ocurrió el miércoles y poco después aparecía el artículo especial revelando las interioridades de “La Cueva”.

Como lo definiría al día siguiente el Financial Times, se trataba de “la mayor maquina política construida jamás en EEUU, con delegaciones establecidas durante más de un año en los estados decisivos y apuntalada por herramientas digitales pioneras“.

Lo que estaban haciendo secretamente aquellos nerds en su cueva era convertir la estrategia presidencial -hacer palanca sobre la nueva realidad demográfica de EU- en un poderosísimo ariete informático capaz de manipular las redes sociales en beneficio propio.

Primero, esos ciber-investigadores se dedicaron durante 18 meses a unificar todas las bases de datos que emplearon los diversos equipos de campaña de Obama para arrollar a McCain en su histórica victoria de 2008.

De ese primer esfuerzo surgió una colosal database que combina todas las listas de donantes, las recogidas por los encuestadores, las manejadas por los voluntarios en cada uno de los estados y condados, las de los ficheros del Partido Demócrata, las recopiladas en las redes sociales sobre los que especifican sus preferencias políticas y, en la cúspide de esa gigantesca pirámide de información, las de electores indecisos en cada uno de los swing States, los estados basculantes cuyos votos deciden quién será el presidente.

Así se construyó un megacerebro artificial digno de Star Trek que cruza, compara, verifica y corrige continuamente hasta el último detalle personal de cada potencial votante.

Lee el reportaje completo en Publico.es

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Imagen BBC