Un ciudadano mexicano se declaró culpable del asesinato de una agente de fronteras estadounidense en 2010, una muerte que ha sido vinculada a la fallida operación de contrabando vigilado de armas conocida como “Rápido y Furioso”.
Manuel Osorio Arellanes podría enfrentarse a prisión de por vida por la muerte de Brian Terry.
Osorio usó una de las armas que habían sido enviadas por agentes estadounidenses en una operación encubierta que buscaba penetrar las redes de contrabando que suministran armas a grupos narcotraficantes mexicanos.
La operación “Rápido y furioso” fue clausurada tras haberse perdido la pista de cientos de esas armas y actualmente el Congreso investiga la responsabilidad del gobierno en el fracaso del plan.
*Nota publicada originalmente el 1 de noviembre de 2012.