Reforma publica que, dentro del Reclusorio Oriente, las extorsiones y los cobros ilegales a los internos son controlados por las propias autoridades penitenciarias.
Un funcionario de alto nivel, un jefe de custodios y varios guardias y reclusos revelaron a ese diario, a condición de mantener el anonimato, la forma en que la dirección del penal y la jefatura de seguridad se dividen la operación de las “cuotas”.
Según los testimonios, el director del penal se encarga de negociar la clasificación de dormitorios, la “venta” de estancias y privilegios y las visitas exclusivas.
“Si un interno no quiere estar en algún dormitorio, le dice al director y lo manda al Dos, que es el de protección; le viene saliendo en 80 mil o 100 mil pesos, más los privilegios por tele, cable, y para que la visita la reciba todos los días y en su celda”, comentó un funcionario de primer nivel del penal.
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