Milenio publica un reportaje sobre Progreso, el municipio de la zona carbonífera de Coahuila, está 300 kilómetros al norte de Saltillo, donde el narcotraficante Heriberto Lazcano murió en un enfrentamiento con efectivos de la Marina el pasado 7 de octubre.
En él señala que los más de 700 pobladores están asustados, no solo por aquella balacera inusual que les creó sicosis, sino porque temen represalias del cártel de Los Zetas que lideraba Lazcano: se corrió el rumor de que los marinos habían localizado a El Lazca debido a una denuncia anónima de los pobladores. Ellos lo niegan y reaccionan con una mezcla de temor y enojo…
—La Marina dice que fue por una denuncia ciudadana, cosa que no es cierto. De ahí el temor del pueblo. Este pueblo no está impuesto a hacer denuncias. No podemos decir que era gente (El Lazca) desconocida ni que la conocíamos (cantinflea). Son mentiras… —se queja una señora que sale de su casa para colocar sillas y mesas a la mitad de la calle vacía: tendrá una fiestecita familiar. Otra mujer y varios niños la escuchan.
—¿Lo que dijo la Marina, de que por una denuncia ciudadana lo detuvieron, es mentira?
—Son mentiras, no es cierto. Nadie dijo nada. Mucho menos los que estaban en el estadio (cuando el narcotraficante fue abatido se realizaba un partido de beisbol llanero a la entrada del pueblo). Somos gente humilde. En las ciudades la gente está con los celulares. Aquí ni señal hay…
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