El 4 de febrero de 1992, un hombre alto, de rasgos fuertes y voz resonante, aparecía en televisión nacional dando un “mensaje bolivariano”.
A su lado, unos militares lo sujetaban por fraguar un golpe de Estado contra el entonces presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez. Llevaba una boina roja y era muy delgado. A pesar del apoyo del Movimiento Revolucionario Bolivariano 200, que comandaba, él decidió rendirse ante las cámaras: “Nosotros aquí en Caracas no logramos controlar el poder, pero el país tiene que enrumbarse hacia un destino mejor”, dijo mientras era llevado como prisionero al Cuártel San Carlos, donde permanecería durante dos años.
Ese día nació Hugo Chávez Frías, un mártir, seguidor de Simón Bolivar, que cansado de ver la ruina de su país, buscaba un nuevo proyecto, el de la Revolución. Seis años después llegaría a ser presidente de Venezuela, sin intención de dejar su cargo. A sus 58 años y con un cáncer de colón, este 7 de octubre, buscará la relección una vez más, tras 14 años en el poder.
“¿Creen que nos tumbarán puntos. (La oposición) no podrá remontar ni aunque se pongan un cohete. Ese no da más, es imposible que nos ganen las elecciones, absolutamente imposible, matemáticamente, políticamente, es imposible. Hay una brecha consolidada que no es menor de 15%”, refería esta semana el mandatario más popular de Venezuela, famoso por su programa Aló Presidente, en el que debate durante más de cinco horas sobre su país y el resto del mundo.
Esta es la primera vez que Chávez se enfrenta a un candidato único de la oposición, que reúne a 35 partidos. Henrique Capriles, un abogado liberal de 40 años, viaja por todo el país con la intención de “rascar” puntos al chavismo y lograr un verdadero cambio con su lema “Hay un Camino”. Destacando las similitudes con el chavismo, como haber estado en la cárcel durante el golpe de Estado a Chávez y ahora copiar la estrategia del presidente, de correr por toda Venezuela para mostrar su cercanía con la gente, Capriles amenaza la hegemonía del comandante de la revolución.
“Capriles está aplicando una estrategia muy similar a la de Chávez hace unos años. En lugar de plantearse como alguien diferente, busca las similitudes con él para poder atraer a los chavistas, ya que es la única manera de ganar”, dice el periodista Ángel Rivero, autor de Auge y Caída del Chavismo.
Militar y católico. Admirador de Clint Eastwood y de las canciones rancheras, Chávez sólo ha perdido un referéndum. Desde el 98, ha ganado, incluso durante tres años consecutivos. Primero los comicios presidenciales, luego un referéndum para cambiar la Constitución y después otras elecciones en el año 2000 amparado en la nueva Carta Magna. Un año después empezaron las huelgas, los paros y un intento golpista en 2002, hasta que fue sometido a un referéndum revocatorio dos años más tarde, en el cual obtuvo una considerable victoria con casi el 60 % de los escrutinios a su favor.
En este tiempo perdió a aliados políticos como Luis Miquilena, considerado su padre político y quien decepcionado por su desempeño en el poder, ahora apoya a Capriles Radonsky. “Creo que tras 14 años de fracasos y mentiras el pueblo venezolano ha madurado y está claro que necesita progreso y mejoramiento. El país necesita un cambio, los venezolanos merecemos algo mejor”, afirma quien fuera presidente de la Asamblea, senador y ministro del Interior durante el gobierno de Chávez.
A pesar de la ruptura con aquellos que promovieron la revolución, el mandatario se volvió a imponer en las presidenciales de 2006. La única que vez que no logró la aprobación popular fue en 2009 cuando no pudo reformar la Constitución para la reelección indefinida, no obstante, tiempo después la Asamblea Nacional aprobó una enmienda respecto a la duración indefinida de los cargos populares, incluyendo el de presidente.
El cáncer descubierto hace un año, que ha ido a tratar ya en dos ocasiones en el Centro de Investigaciones Médicas Quirúrgicas en Cuba ha cambiado la manera de hacer política de Hugo Chávez, que se ha calificado a si mismo como la rencarnación de Simón Bolívar. Ya no recorre el país y siempre viaje en avión, acompañado de su último disco “Corazón de mi Patria” para promover su campaña. Aunque a principios de año apenas aparecía en público, los últimos dos meses ha estado en decenas de mítines de más de cinco horas en los que califica a Capriles como “La Nada” y apenas responde a las preguntas de los periodistas.
“Se ha consolidado una brecha, eso es irreversible” ha dicho en referencia a la más reciente encuesta de Datanálisis, que le da una ventaja de 14.3 puntos y una preferencia electoral del 7.2 % de los indecisos.
Para la jefa del Comando de Campaña Carabobo en el Distrito Capital, Jacqueline Faria, sin embargo, no hay que confiarse en que Chávez siempre gana. “El presidente requiere ganar arrasando, pulverizando al enemigo y eso se consigue con la movilización total, así como pasó en el simulacro que nos comportamos como el Comandante ha soñado: como una maquinaria aceitada, la verdadera maquinaria chavista”.
El presidente, confía en que su contrincante no le durará un solo round, como dijo el jueves pasado: “Vayan buscando una camilla, señores de la esquina azul, porque al candidato burgués lo sacarán en camilla del ring, no durará ni un round”.