En junio de 2005, diecisiete meses antes anunciar el envío de cinco brigadas adicionales a Irak para apoyar a las tropas de la “oleada violenta” de 2007, el presidente Bush anunció que la guerra en Irak era una guerra difícil pero “vencible” y que la estrategia estadounidense podía resumirse de la siguiente forma: “Conforme los iraquíes se levanten, nosotros nos iremos sentando. Hemos progresado pero aún nos queda mucho por hacer.”
Un mes más tarde, un equipo de militares y analistas civiles conocido como “El Equipo Rojo”, se juntó en la capital iraquí para conducir una evaluación clasificada sobre la estrategia militar estadounidense en el país y llegó a una conclusión significativamente diferente:
“La percepción que tienen los iraquíes es que su gobierno, y por lo tanto también la Coalición, les ha fallado”, reportaba el informe, que asimismo precisaba que la estrategia que apoyaba Bush era un carga que los iraquíes no estaban listos para atender. Las fuerzas iraquíes podrían acabar cediendo terreno a la insurgencia, tanto en la zona centro como en el este del país, y posiblemente también en la ciudad de Bagdad. Se necesitaba una nueva estrategia contrainsurgente, pero este diagnóstico y solución fueron rotundamente ignorados.
Nunca se sabrá, pero estas y otras muchas oportunidades perdidas podrían haber acortado el conflicto y proporcionado mayor espacio para dejar al gobierno iraquí respirar, escribió ayer Michael R. Gordon para Foreign Policy. Muchas de las recomendaciones creadas e ignoradas durante los primeros años de la guerra fueron implementadas hacia el final de ésta, y aún así probaron ser sumamente efectivas.
La historia militar estadounidense está repleta de fallos de inteligencia y desastres que no fueron previstos como resultado de ignorancia cultural, ilusiones o falta de fuentes. Pero en este caso, un grupo funcionarios dedicados distinguieron correctamente el problema y plantearon un cambio de estrategia, sólo para ser ignorados por la administración de Bush, que seguía empeñada en su decadente plan. Aún hoy existen muchas de estas oportunidades frustradas que todavía no han salido a la luz y de las que el público estadounidense desconoce por completo.
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