Milenio señala que tras la negativa de Fernando Larrazabal de regresar al frente del municipio de Monterrey, el gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, arremetió contra el vacío de poder que vive la capital del estado, y advirtió que la actitud mostrada por los involucrados “se lleva entre las patas” al gobierno y sus ciudadanos.
Sin referirse por su nombre al ex alcalde panista, el mandatario consideró que se envía un pésimo mensaje a la población con este caso, al dejar en segundo término las obligaciones propias del municipio, como la prestación de servicios.
“La gente no merece que entre tanta discusión y recursos legales y resoluciones que se emiten, se la estén llevando entre las patas”, dijo.
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