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Londres 2012: lo que la ceremonia inaugural dice de los británicos
Londres 2012: lo que la ceremonia inaugural dice de los británicos
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Londres 2012: lo que la ceremonia inaugural dice de los británicos

28 de julio, 2012
Por: Dulce Ramos
@WikiRamos 

Durante el gobierno laborista de Gordon Brown, se trató de encontrar un lema para el Reino Unido del estilo del “Libertad, igualdad y fraternidad” de los franceses. Se realizaron encuestas con los británicos y ganó “Sin lema, somos británicos.”

Desde que Londres ganó la sede de los juegos en 2006, los ingleses se han enfocado en los problemas: el sistema de transporte, el clima, la seguridad y el legado de los juegos fueron apenas algunos de los muchos aspectos que han dominado el álgido debate sobre los olímpicos en los medios y las redes sociales durante al menos seis años.

Pero la ceremonia de inauguración de este viernes parece haber puesto a todos de acuerdo: el espectáculo ha sido elogiado como una muestra de la fuente de creatividad que es el Reino Unido para la historia.

Aunque vale la pena preguntarse, ¿todos estuvieron de acuerdo con que fue un buen show?

Muy local

Se ha dicho que la ceremonia del viernes pudo haber tocado temas demasiado locales que tal vez los espectadores alrededor del mundo no entendieron.

No todos saben, por ejemplo, quién es Sir Kenneth Branagh.

Una parte considerable de la ceremonia se dedicó al National Health Service (conocido como el NHS), el sistema de salud inglés que le da tratamiento médico gratis a millones de personas.

Centenares de enfermeras bailaron en la ceremonia y las famosas siglas se demarcaron sobre el terreno.

Sin duda se trata de un elemento importante de la cultura y la historia británicas. Hace unos meses la BBC se puso en la tarea de comprobar ese mito urbano de que el NHS es el tercer empleador del mundo: es el quinto, con 1 millón 700 empleados en Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte.

El periodista de la BBC Paul Mason lo comentó en Twitter durante la ceremonia: “Óyelo bien, Estados Unidos: NATIONAL HEALTH SERVICE”, aludiendo, orgulloso y con algo de sarcasmo, a que Estados Unidos no tiene un servicio de esa magnitud.

Una reforma del servicio, que fue una de las banderas políticas del Nuevo Laborismo en la década de 1990, está actualmente en discusión y el proceso no ha estado exento de politizarse.

El diario Daily Mail escribió este sábado: “El NHS no debió ser tan desgraciadamente glorificado en esta bonanza de propaganda de izquierda”.

En una línea parecida el parlamentario del partido Conservador Aiden Burley dijo en Twitter que la ceremonia estuvo llena de contenido “multicultural de la izquierda”.

“La más izquierdista ceremonia de inauguración que he visto, más que Pekín, ¡la capital de un país comunista!”, dijo.

No obstante, se podría afirmar que la mayoría de los ingleses estuvieron a gusto con la ceremonia.

Tim Franks, de la BBC, dijo en el Today Programme el sábado que “parte del show pudo haber sido incomprensible para el mundo de afuera, pero para los ingleses –donde el escepticismo no solo es saludable, sino un deporte nacional– esto se sintió como un comienzo ganador”.

Cultura inglesa, ¿parte de la cultura global?

Si el show fue demasiado local, tal vez eso haya sido, precisamente, lo que llevó a una gran cantidad de medios internacionales a celebrar su creatividad, humor y excelencia.

Paul McCartney, por ejemplo, tiene una proyección internacional incuestionable.

El diario estadounidense The New York Times tituló así su reseña de la ceremonia: “Un circo de cinco aros, sinvergüenza y raramente británico”.

Muchos elogiaron, asimismo, la inclusión de Mr. Bean, el raro y cómico personaje inglés que no habla y se encuentra en situaciones penosas, en la ceremonia olímpica.

El Universal, un diario mexicano, dijo: “Hay dos cosas que caracterizan a los británicos: su música y el humor. Ambos encontraron espacio dentro de la inauguración de los Juegos”.

Que la ceremonia fuera inglesa, en cierto sentido, la hizo internacional.

Una columnista de The Guardian, un diario inglés, dijo irónicamente: “Un arquitecto de la ceremonia de [los juegos] Pekín dijo una vez que ese evento había servido comida china para el paladar extranjero, pero el banquete de Danny Boyle [director de la ceremonia en Londres 2012] se sintió tan deliciosamente digerible para los gustos globales como la mermelada Marmite o las anguilas”, dos alimentos que, casi que literalemente, solo le gusta a los británicos.

Desde los Sex Pistols hasta Mary Poppins, desde la Reina Isabel hasta James bond, desde la revolución industrial hasta el inventor de la Word Wide Web, el show del viernes en la noche fue un recorrido a través de la historia británica y los elementos de ésta que son conocidos en el mundo.

La famosa canción de los Rolling Stones “I can’t get no satisfaction” (no puedo tener satisfacción) dice mucho de ese deporte nacional de los británicos, el escepticismo.

Y aunque en los primeros días de los olímpicos no se ha dejado de practicar, como dijo la corresponsal del New York Times, “el hecho de que las cosas [la crítica] hayan andado suavemente ya es un motivo para celebrar”.

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