El Universal publica que el microbús rebasa los 60 kilómetros por hora. Los pasajeros parecen acostumbrados a saltar en el asiento con cada tope y se sujetan para evitar que los tubos de los asientos se les encajen en las rodillas.
Ir abordo de un mal transporte público, con un diseño equivocado de asientos y un nivel saturado de espacio, provoca daños a la salud, que van desde problemas en cervicales por la mala postura hasta dolores de cuello y cadera que pueden volverse permanentes.
Raúl Soto Peredo, profesor investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), mencionó que los capitalinos están acostumbrados a trasladarse en microbuses modificados para llevar más pasaje.
El especialista en ingeniería en sistemas de transporte indicó que los propietarios de las unidades cortan los asientos y los dejan “sumamente incómodos””, pues los usuarios van con las piernas pegadas al asiento de enfrente.
“Todo eso repercute, incluso, en lesiones a los pasajeros, no porque ocurra algún accidente sino por el uso habitual de un asiento”, explica.
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