La Jornada publica hoy que con un potencial de votos que alcanzaría 30 por ciento del padrón (si se incluye hasta los 29 años de edad), la irrupción de los jóvenes a la mitad de la campaña electoral podría modificar las tendencias. La participación juvenil no sólo es una crítica al personaje Enrique Peña Nieto, sino lo que representa simbólicamente: corrupción e impunidad
, advierte el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Enrique Cuna, quien concluyó un estudio sobre la participación electoral juvenil, financiado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
A su vez, Hugo Concha, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y ex director de Capacitación y Educación Cívica del Instituto Federal Electoral (IFE), señala que el juvenil es un movimiento cuyo eje principal es contra la manipulación informativa de los medios de comunicación, pero también contra una clase política –de todos los partidos– anquilosada y con poca interlocución con la sociedad y en especial con los jóvenes.
Sus estructuras directivas llevan décadas y hay ya varias generaciones aplastadas porque los partidos no cambian, como tampoco sus formas de relacionarse con los jóvenes
, dice Concha. Agrega que existen estructuras caducas que se contraponen con una realidad social de mayor inserción de los jóvenes en la actividad política, acorde con la evolución demográfica del país. Por su parte, el consejero electoral Lorenzo Córdova opina que en esta elección y en los sucesivos procesosvamos a advertir las consecuencias de lo que en otros ámbitos se denomina bono demográfico
, que se expresará claramente en el peso de los jóvenes en el padrón electoral y, en consecuencia, en los resultados.
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