Una de las primeras cosas que hizo el periodista francés Roméo Langlois después de ser liberado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), luego de 32 días de cautiverio, fue hablar sobre el papel de la prensa en el conflicto armado colombiano.
“Digo yo, como periodista, que hay que seguir cubriendo el conflicto desde todos los lados”, declaró Langlois cuando llegó al caserío de San Isidro, en el sureño departamento de Caquetá, donde lo esperaba la misión humanitaria que habría de llevarlo de regreso a casa.
Video difundido por las FARC como prueba de vida del periodista francés.
“Ojalá que el ejército siga llevando gente a las zonas de conflicto”, dijo el reportero, quien fue capturado por la guerrilla mientras viajaba “incrustado” en una unidad antinarcóticos de las fuerzas armadas colombianas. “Ojalá haya personas que también vayan con la guerrilla a mostrar el diario vivir de los combatientes”, agregó.
Con sus declaraciones, Langlois inmediatamente se posicionó en un debate que no ha parado en Colombia desde que fue capturado. Se trata de una polémica que inició antes incluso de que las FARC lo pusieran como condición para la liberación del corresponsal de France 24. Y la discusión ya llegó hasta el propio parlamento colombiano, que ha insistido en la necesidad de definir un “protocolo” para la cobertura del conflicto armado.
Seguro y entrenamiento
La iniciativa del “protocolo”, impulsada por el senador Armando Benedetti, no ha sido bien recibida por todos los periodistas, pues algunos creen que la medida podría terminar restringiendo su acceso a las zonas de combate.
Pero el congresista del oficialista Partido de la U le dijo a BBC Mundo que su único propósito era regular el apoyo dado por las fuerzas armadas a los periodistas, para garantizar así una mayor seguridad para estos últimos y también “para que la gente sepa como se sacan las imágenes”. “Yo soy de los que creen que el periodista debe informar quién fue el que lo incrustó y quién lo llevó a esa zona”, dijo Benedetti.
“El periodista también debe tener un seguro del medio de comunicación que le compra las imágenes o del que es corresponsal, debe tener mínimo un entrenamiento militar, otro de primeros auxilios”, explicó el Senador, quien también planea exigir que los informadores lleven su propio casco y chaleco antibalas.
Todas estas condiciones ya las cumplen los periodistas de algunos grandes medios, incluyendo a la BBC. Pero su cumplimiento podría resultar más difícil para algunos periodistas independientes o los que trabajan con medios con menos recursos.
Benedetti, sin embargo, cree que hay alternativas que pueden explorarse para evitar que el “protocolo”, en el que ya estaría trabajando el Ministerio de Defensa, se erija en una barrera. “Un curso de primeros auxilios lo puede prestar la Cruz Roja sin ningún costo. El curso militar también lo puede prestar la fuerza pública”, le dijo a BBC Mundo.
Y las organizaciones de periodistas también pueden jugar un papel importante. De hecho, a raíz de la captura de Langlois un grupo de periodistas extranjeros empezó a trabajar en la constitución de una asociación de corresponsales. Su idea es trabajar estrechamente con las diferentes asociaciones que aglutinan a los periodistas colombianos.
El reto del balance
Para el director ejecutivo de una de esas asociaciones -Andrés Morales, de la Fundación para la Libertad de Prensa- lo mejor sería que iniciativas como la propuesta por Benedetti estuvieran a cargo de los periodistas y asociaciones gremiales.
Morales también insistió en que hay que reconocer que el debate sobre la cobertura del conflicto y la seguridad de los hombres y mujeres de prensa tiene que ser más amplio. “El cubrimiento (del conflicto) es muy oficialista. Está muy sesgada hacia la información que se da desde las fuentes oficiales”, explicó.
“Y desafortunadamente en Colombia se ha estigmatizado a aquellos periodistas que han hecho un cubrimiento donde han tenido en cuenta a otras fuentes ligadas a grupos ilegales, llámese guerrilla, llámese paramilitares”, le dijo a BBC Mundo.
El expresidente Álvaro Uribe dio un ejemplo de esto en plena liberación del reportero francés. Desde su cuenta de twitter, @AlvaroUribeVel, el ex mandatario escribió: “Langlois: una cosa es la curiosidad del periodista y otra la identificación con el terrorismo”, y “Langlois, qué hacía en Colombia, qué relación tenía con Farc? Algunos conocimos que usted sabe engañar”.
Las amenazas a la prensa también han hecho que en diferentes zonas del país los periodistas locales ya no estén informando sobre el conflicto armado. Y como en México los grandes medios rara vez llegan a las zonas rurales donde la guerra sigue siendo parte de la vida cotidiana.
Eso también fue hecho notar por Langlois, quien se refirió al conflicto colombiano como “un conflicto olvidado”. “Me parece triste que hay que retener gente para que la gente venga hasta estas zonas”, dijo Langlois.
Y la necesidad de hacerse oír de los habitantes de San Isidro y las veredas aledañas, ubicadas en pleno corazón de la “zona caliente”, se hizo más que evidente en la ceremonia de liberación del periodista francés, que se extendió por varias horas para aprovechar la presencia de varios medios internacionales.
BBC Mundo.