Milenio destaca que en México hay más de 2 mil niños que viven con sus madres presas, pero en condiciones de vulnerabilidad, hacinamiento, peligro y mala alimentación, a pesar de que este año el presidente Felipe Calderón expidió el decreto que avala el derecho de dichas mujeres a mantener a sus hijos en condiciones de dignidad y seguridad.
Elena Azaola Garrido, antropóloga e investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) de México, explicó que en ese decreto se establecen las Normas Mínimas de Readaptación Social de Sentenciados con las que se “garantizan derechos fundamentales a esos niños”, como dormir en un lugar digno (actualmente lo hacen en lugares colectivos) y tener una alimentación especial.
En el artículo tercero de esta normatividad se menciona por primera vez que “las hijas e hijos de internas que permanezcan con ellas dispondrán de los espacios correspondientes para asegurar su desarrollo integral, incluidos servicios de alimentación, salud y educación hasta los seis años cuando así lo determine el personal capacitado, con opinión de la madre y considerando el interés superior de la infancia”.
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