La Jornada publica hoy que a las cinco de la mañana del domingo la policía española desalojó violentamente a más de 500 indignados que decidieron pasar la noche en la madrileña Puerta del Sol, epicentro del movimiento del 15M. Su intención era mantener viva una especie de campamento simbólico durante los tres días de actos del primer aniversario del surgimiento de esta movilización ciudadana. El gobierno del conservador Mariano Rajoy ordenó dispersar con contundencia cualquier atisbo de acampada y así ocurrió, con saldo de 18 detenidos y agresiones policiales.
El primer aniversario del 15M sirve para revitalizar un movimiento horizontal, de carácter asambleario y que tiene como identidad la protesta pacífica y la denuncia a los efectos del capitalismo salvaje y las crisis. Las centenares de asambleas en todo el país trabajaron los últimos meses con un solo objetivo: los tres días que van del 12 al 15 de mayo. En estas tres jornadas de lucha se pretende salir a calle –ayer lo hicieron centenares de miles en 80 ciudades españolas–, debatir las propuestas y análisis que se han elaborado desde la irrupción del movimiento hace un año y, por último, definir la estrategia para el futuro inmediato, la ola de recortes de los servicios básicos y la utilización de dinero público para salvar entidades financieras.
La Puerta del Sol, como símbolo del origen de la protesta, fue el lugar elegido por los indignados para concluir la marcha de ayer, en la que además de congregar a decenas de miles también sirvió para volver a utilizar la plaza pública para el debate y la decisión por la vía de la asamblea. Y así decidieron quedarse unas 500 personas a dormir, para mantener vivo el espíritu de la indignación en los próximos tres días. Pero las amenazas del gobierno español se cumplieron: los agentes antidisturbios, sin identificaciones visibles y armados con rifles de bolas de goma, macanas, gas lacrimógeno, escudos y cascos, llevaron a cabo un violento desalojo alrededor de las cinco de la madrugada. Hubo agresiones a jóvenes, personas mayores y a varios periodistas, entre ellos el fotógrafo español Javier Bauluz, ganador de un Premio Pulitzer. Y 18 detenidos, que fueron trasladados a la comisaría del barrio de Moratalaz que previsiblemente serán acusados de resistencia a la autoridad.
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