En el discurso de inauguración de la sesión plenaria del Foro Económico Mundial para América Latina, que se lleva a cabo en Puerto Vallarta, el presidente Felipe Calderón dijo que se requiere derrotar “la enorme tentación proteccionista, que es la mayor amenaza del comercio y del crecimiento en el futuro”.
Aquí el discurso completo:
Muy estimado profesor Klaus Schwab. Nos honra mucho que haya confiado en México para la organización del Foro Económico Mundial para América Latina.
Saludo al excelentísimo señor Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno de España. Señor Presidente. España, que es el país europeo que sentimos más cercano y con mayor identidad a América Latina. Es un honor que esté representado por su Presidente.
Saludo al excelentísimo Desiré Bouterse, Presidente de Surinam y Presidente, también, de la Agrupación de la comunidad de Países del Caribe, el CARICOM, y que representa a esos países aquí. Bienvenido.
Desde luego, al excelentísimo señor Otto Pérez, Presidente de la hermana República de Guatemala, nuestro querido país vecino y, también, representando a Centroamérica.
Y al excelentísimo Príncipe Haakon, de Noruega, Copresidente del Foro Económico Mundial aquí presente. Muy bienvenido.
Saludo, también, al contador público Emilio González Márquez, Gobernador del Estado de Jalisco, y le agradezco su hospitalidad.
(Interpretación del Inglés al Español) Hablaré en español el día de hoy, por razones de protocolo y razones de los medios de comunicación. Pero quiero, permítanme extenderles la bienvenida más cordial. A México le encanta acoger a los visitantes y nos complace poderlos recibir de los 70 países del mundo.
Una experiencia muy positiva en América Latina. Y yo voy a aprovechar mi tiempo de bienvenida para hablar de la experiencia de México y lo que consideramos es el camino para el futuro.
Cuál debe ser la respuesta de nuestros países ante los desafíos tan complejos de la economía global.
Estoy absolutamente convencido de que la respuesta tiene que ser por más comercio y no por menos comercio. Por más inversión pública y privada, y no por menos inversión. Y, en consecuencia, se requiere mucho mayor certidumbre y la prevalencia total del Estado de Derecho en nuestras economías.
México ha ensayado el camino de reformas económicas, ha ensayado el camino de la apertura comercial, ha ensayado el camino, también, de la inversión y eso nos ha traído resultados positivos, y es justamente lo que yo quisiera compartir con ustedes. La experiencia mexicana en la apertura comercial.
Es cierto. Se ha registrado un crecimiento muy importante en las economías de América Latina. Sin embargo, debemos tener cuidado, porque ese crecimiento en muchos sectores está ligado, sobre todo, al alto precio de los commodities, al alto precio de las materias primas, de los alimentos, de la soya, del trigo, del maíz, del petróleo. Y ésta es una variable que no siempre está dada.
Lo que yo estimo que es la ruta del crecimiento hacia el futuro de América Latina y de otros países, está, precisamente, en el comercio y en la inversión.
En momentos tan difíciles, como lo está viviendo el mundo, se requiere mucho más comercio y no menos, y por consecuencia se requiere derrotar, lo digo con toda claridad, derrotar la enorme tentación proteccionista, que es la mayor amenaza del comercio y, en mi opinión, al crecimiento en el futuro.
El comercio nos genera mayor competencia, el comercio nos permite que el consumidor mande en términos de calidad y de diversidad de productos, promueve la disciplina del mercado y, sobre todo, combate los monopolios que son o llegan a ser tan endémicos en nuestras economías.
La apertura permite el acceso a nuevas tecnologías de la manera más rápida que puede absorber una economía, que es a través del aprendizaje y el intercambio comercial de economías abiertas; aumenta la eficiencia productiva, porque obliga a las empresas a ser competitivas en un entorno de globalización, y también contribuye a mejorar la estabilidad macroeconómica.
Cómo hizo México para apostar al comercio exterior.
Se volvió una economía plenamente abierta, entre otras cosas, a través de la celebración de tratados comerciales.
México impuso, para mayor apertura, no sólo tratados comerciales, sino una reducción de aranceles con todos los países, aunque no tuviéramos tratado comercial.
Imprimimos una campaña vigorosa de desregulación en el Gobierno y, facilitación para empresas, sostuvimos la disciplina fiscal y con ello la estabilidad macroeconómica, promovimos la inversión en infraestructura y finalmente invertimos fuertemente en educación y en educación tecnológica.
Cuáles han sido estos procesos y cuáles han sido los resultados. Me refiero muy rápidamente a ellos.
Primero. Con la apertura comercial, avanzamos y hoy somos de los países que tiene el mayor número de Tratados de Libre Comercio en el mundo. 44 Tratados o Acuerdos con lo cual le da acceso a los productos fabricados en México a un mercado libre y sin aranceles de más de mil millones de consumidores.
Por otra parte, con los países que no tenemos arancel, redujimos el arancel promedio. Yo suelo comentar esa anécdota de que en las reuniones del G-20, todos los países hacemos una declaración casi sagrada, un juramento que se repite de documento tras documento cada reunión de G-20, que dice: No al proteccionismo, terminemos la Ronda de Doha, eliminemos las barreras comerciales.
Y al día siguiente, 15 de los 20 países, o de los participantes, deciden establecer siempre nuevos aranceles, nuevas barreras comerciales y nuevas cuotas.
En medio de la crisis, México decidió hacer lo contrario. Bajamos la cuota promedio de aranceles al comercio, a las importaciones de 11 a menos de cinco por ciento, con lo cual nuestra economía se volvió aún más competitiva, como lo voy a demostrar más adelante.
Vean ustedes. Qué es lo que ocurre en un proceso de apertura. Los sectores más abiertos se vuelven los sectores más competitivos. En esta gráfica pueden ver, por un lado, en el eje horizontal, cómo se han reducido los aranceles a determinados sectores en México; es decir, mientras más se está a la derecha de la gráfica, hay aranceles más bajos o aranceles cero.
Y en el eje vertical está cuánto ha crecido ese sector entre 2003 y 2007. Ustedes pueden ver una clarísima correlación, por ejemplo, entre los sectores más abiertos han sido los que más han crecido: manufacturas, productos metálicos, equipos de transporte, concretamente automotriz.
México está pasando ya a ser el quinto exportador más importante del mundo, y este año rebasáremos, probablemente, a Estados Unidos como el cuarto exportador de automóviles más importante del mundo.
Mientras que los productos más protegidos en México son los que menos han crecido, entre otros, prendas de vestir, calzado, o la industria editorial, y podríamos agregar ahí muchos productos agrícolas.
Por qué razón.
La clave, amigos, es que en la plena globalización que vivimos, el comercio internacional es fundamentalmente un comercio de productos intermedios, es middle products. No es de consumo final, que es, más o menos, sólo el 20 por ciento del comercio. No es de bienes de capital, que es sólo el 10. El comercio, el 70 por ciento del comercio global son productos intermedios.
Este Estado de Jalisco, donde estamos, produce el 65 por ciento de todas las BlackBerry del mundo. Pero para que eso sea posible, BlackBerry de Guadalajara necesita tener acceso a los mejores y más baratos insumos de todo el mundo, a todos los circuitos, a todos los proveedores de pantallas de plasma, a todos los proveedores de sistemas electrónicos, etcétera.
Y lo mismo diría de los automóviles que se producen aquí, vehículos Honda, o en Guanajuato, vehículos General Motors. En fin.
La apertura comercial te permite integrar cadenas productivas y tus productores locales se vuelven los productores con el acceso a los mejores productos del mundo y terminan al final de la cadena siendo los más competitivos y con las mayores exportaciones.
Sí, la apertura comercial nos trajo más importaciones. Pero contrario a la falsa idea de quienes afirman que las importaciones generan empobrecimiento de la industria local, un comercio abierto genera el fortalecimiento de la industria local a través de las importaciones.
Otra vez, la gráfica muestra, en el renglón horizontal, el volumen de importación de bienes intermedios y, como ustedes pueden ver, ha crecido el volumen de importación de bienes intermedios, consecutivamente.
Pero en la gráfica vertical, también, ha crecido el volumen de exportaciones en México, lo cual demuestra lo que decía la vieja teoría del comercio: Mientras más apertura hay, hay mayor comercio y hay mayor beneficio, tanto para importadores, como para exportadores.
En el ámbito de las reformas que hemos hecho recientemente está, por ejemplo, la desregulación. Hemos eliminado en el Gobierno 16 mil reglas, que van desde oficios, circulares, reglamentos, avisos, normas, con lo cual hemos reducido notablemente la carga del productor.
Una reforma regulatoria muy importante es la que hicimos en la apertura de las empresas.
Teníamos una serie de procesos múltiples para abrir una empresa en México, por lo menos en los trámites en mi Gobierno, a nivel Federal, había que ir, primero, a la Secretaría de Relaciones Exteriores a pedir la autorización, luego ir a la Secretaría de Comercio, luego ir a la Secretaría de Hacienda, para darse de alta a los impuestos, y luego ir al Seguro Social, para registrar a los trabajadores. Todo eso tomaba un promedio de más de 60 días para abrir una empresa.
Hoy, todos esos trámites se hacen en un solo acto, en una computadora, en la oficina del notario o del corredor público, y toma dos horas la apertura de una empresa.
Esto nos ha permitido reducir notablemente el tiempo para abrir una empresa, que es de los factores que más nos han permitido avanzar en los indicadores de competitividad.
Por otra parte, en la estabilidad macroeconómica hemos sido muy firmes a pesar de muchísimas críticas. Por ejemplo, hemos mantenido una inflación que es cada vez es más baja entre las más bajas de América Latina y la más baja en la historia de México, alrededor de 3 por ciento, a pesar de un entorno internacional de altos precios de materias primas y commodities. Pero, además, la estabilidad macroeconómica se traduce en que México a pesar de la crisis se mantuvo en reducción, salvo el momento crítico en que tuvimos que expandir gasto contracíclico.
Nos hemos mantenido firmes reduciendo el déficit y hoy el déficit alcanza el 0.4 del Producto Interno Bruto, menos de medio punto porcentual. Aún considerando la inversión de Petróleos Mexicanos que está fuera del presupuesto, el déficit público alcanza más o menos el 1.5 por ciento total.
La deuda pública mexicana, tanto externa como interna, es únicamente el 33 por ciento del Producto Interno Bruto, la razón de deuda a PIB y, tiene, además, enormes ventajas de credibilidad ahora.
Acabamos de colocar un bono, por ejemplo, el año pasado colocamos un bono por mil millones de dólares a 100 años, a una tasa del 7 por ciento. Y acabamos de hacer colocaciones, también, por tres mil millones de dólares a menos del 4 por ciento de los mercados mundiales a 10 años.
Tenemos unas Reservas Internacionales de 150 mil millones de dólares, más un convenio con el Fondo Monetario de respaldo por 72 mil más, lo cual nos da una gran solidez económica.
Otro tema que hemos hecho es invertir en infraestructura muy sólidamente. El promedio de inversión en infraestructura de los países de la OCDE es de 3 por ciento, 3.4. Nosotros hemos llevado la inversión en infraestructura pública y privada de México de 3 por ciento a más del 5 por ciento.
Con lo cual estamos registrando importantes avances en diversos rubros.
Vean, por ejemplo, lo que tiene que ver con carreteras. En esta Administración, por ejemplo, hemos construido o reconstruido 19 mil kilómetros de carretera, que equivale a más de lo construido o reconstruido en las dos Administraciones anteriores, en los dos anteriores Gobiernos de México. Y lo mismo ha ocurrido en Aeropuertos y en otros sectores de infraestructura.
El otro factor que hemos hecho es invertir fuertemente en ingeniería, invertir en educación media superior y superior, invertir en más de 105 universidades públicas nuevas, la reconstrucción de otros 50 y tantos campus nuevos, más el esfuerzo que ha hecho el sector privado, por ejemplo, el Tecnológico de Monterrey, hoy permite que en México se estén egresado cada año más de 120 mil ingenieros, lo cual nos da una enorme fortaleza en las capacidades de nuestra industria.
Por ejemplo, son más ingenieros egresados que Alemania o que Reino Unido, o que Brasil, que tiene el doble de la población de México, casi, o que Italia. En fin. España, Colombia. Chile, Argentina.
120 mil ingenieros, que están dándole una gran fortaleza al sector de manufacturas en México. Hoy, por ejemplo, de ser un país que únicamente manufactura, estamos buscando ser un país de talentofactura.
En Querétaro, hicimos una universidad aeroespacial, y a algunos años de que funcione, hoy, los egresados de la universidad están diseñando el motor de General Electric para el Airbus 380, el avión más grande del mundo, por manos de ingenieros mexicanos. En fin.
Qué resultados nos ha dado este esfuerzo.
Nos ha dado mayor competitividad, mayores exportaciones, desarrollo de productos de alto valor e, incluso, mayor market share en Estados Unidos.
En términos de competitividad está, por ejemplo, la que señala el Banco Mundial, en su indicador Doing Business, donde México pasó, en unos cuantos años, del lugar 73, en el año 2006, al lugar 53, avanzando 20 lugares.
En el indicador del propio Foro Económico Mundial del año pasado, avanzamos, también, ocho lugares en el ranking de competitividad.
En términos de exportaciones, también, el salto que ha dado México es dramático. En 93, al principio del NAFTA, exportábamos 52 mil millones de dólares. El año pasado cerramos con 350 mil millones de dólares, 50 mil millones de dólares más que el año previo.
Y, también, la composición de nuestras exportaciones es clave. En los 80, el 60 por ciento de la exportación mexicana era petróleo. Hoy, que seguimos exportando mucho petróleo, pero es sólo el 16 por ciento de nuestra exportación. El resto lo constituyen bienes y servicios de mucho mayor valor agregado.
Ésta es otra manera de ver cómo van ganando la competitividad las exportaciones mexicanas.
Hace seis años en el mercado de Estados Unidos, en las importaciones de Estados Unidos no petroleras, México sólo ocupaba el 10 por ciento del mercado, 10.27.
Estos años hemos solucionado, y no sólo ha crecido el número de exportaciones que tenemos, sino ha crecido el market share de productos mexicanos en importaciones americanas hasta el 12.6 por ciento, y en momentos llegamos a tener el 13 por ciento.
Es decir, las exportaciones mexicanas van ganando mercado frente a las exportaciones de otros países en los Estados Unidos, como una prueba fáctica de su competitividad.
Si analizamos las exportaciones de México, las de manufacturas representan el 60 por ciento de todas las exportaciones de manufacturas de toda la región. Es decir, las exportaciones de manufacturas mexicanas son mayores, son más, que todas las exportaciones de América Latina y el Caribe juntas, incluyendo Brasil.
Por eso, coincido en que en este momento, amigas y amigos, la experiencia, o nuestro aprendizaje cuál es. En un momento en que la economía global se encuentra fuertemente desafiada por los problemas de la crisis internacional, el camino correcto para América Latina y el Caribe.
Y pienso que el camino correcto para el mundo es abrir mucho más las economías, apostarle a la sensatez de los consumidores, ser capaces de entender que la globalidad implica ventajas, y que cerrar los caminos al comercio, es cerrarle los caminos a la globalidad.
Y, por eso, vamos por más ahora. Vamos por más porque hemos negociado acuerdos de libre comercio, prácticamente en toda la región. Nos falta negociar y se frenó por un súbito establecimiento de cuotas a las exportaciones de vehículos mexicanos a Brasil. Pero nuestro propósito era construir un gran Tratado de Libre Comercio con Brasil, porque son dos economías grandes que sólo podemos ganar si intercambiamos más.
Y estamos construyendo, además, una poderosa Alianza del Pacífico, donde ya formamos parte Chile, Perú, Colombia y México. Estamos invitando a otros países del Pacífico y se han incorporado como observadores Costa Rica y Panamá. Y vamos a hacer una verdadera zona de libre comercio en América Latina mirando al Pacífico.
Y juntos, además, estamos tratando de entrar al Acuerdo Transpacífico, al Trans-Pacific Partnership, donde con las economías más poderosas de Asia vamos a constituir una zona de comercio, marcado por altos índices de crecimiento y alta generación de empleo. Esa es la perspectiva de México.
Amigas y amigos:
Concluyo como inicié. Nos alegra mucho que estén ustedes en México.
Éste es un país que tiene problemas, que tiene desafíos, desde luego, pero que está haciendo un esfuerzo enorme por salir adelante.
Un país que con todos los problemas tiene un crecimiento cercano al cuatro por ciento; que está generando al mes, este año, más de 100 mil empleos formales en promedio; que tiene una inflación baja; que ha alcanzado la cobertura universal de salud para todos sus hijos, y que está abriendo oportunidades para el futuro.
Hoy, en México, estamos enfrentando nuestros desafíos construyendo nuevas instituciones. Nuevas instituciones, sobre todo, que nos garanticen el Estado de Derecho al que aspiramos. Instituciones en seguridad, instituciones en justicia, que nos permitan resolver viejos problemas.
México se alegra de recibirlos y de recibirlos con los brazos abiertos.
Hemos preparado todo para que su estancia sea muy alegre. El clima lo hemos puesto a la temperatura más adecuada posible aquí, en Puerto Vallarta.
Y espero que disfruten mucho a México y, particularmente, la hospitalidad de los mexicanos.
Muchísimas gracias.