El presidente afgano Hamid Karzai condenó el jueves las fotografías que muestran a soldados estadounidenses posando junto a los restos sangrientos de tres atacantes suicidas, y calificó las imágenes de “detestables”.
Karzai también advirtió en una declaración que “incidentes similares de naturaleza odiosa” en el pasado provocaron reacciones indignadas de los afganos, incluso protestas violentas que dejaron docenas de muertos.
“Es un acto detestable tomar fotos con partes del cuerpo humano y compartirlas con otros”, dijo Karzai.
Las fotos fueron publicadas el miércoles por Los Angeles Times. Una muestra a miembros de la División Aerotransportada 82 que posan junto con policías afganos sosteniendo las piernas cortadas de un atacante suicida.
El mismo pelotón fue enviado pocos meses después a investigar los restos de tres insurgentes que supuestamente se habían volado accidentalmente, y los soldados volvieron a posar para una foto junto con los restos, dijo el periódico.
Una foto del segundo incidente parece mostrar la mano cortada de un insurgente muerto sobre el hombro de un soldado sonriente.
La Casa Blanca calificó de “reprensibles” las fotos, haciéndose eco de las condenas del secretario de defensa Leon Panetta y otros altos oficiales por este nuevo episodio en una cadena de incidentes bochornosos para los militares estadounidenses, durante una guerra cuyo éxito dependería en buena medida de ganarse la confianza del pueblo afgano.
En los últimos meses, los soldados estadounidenses se han visto involucrados en controversias como la quema de ejemplares del Corán y otros libros sagrados musulmanes, además de orinar sobre cadáveres de afganos, junto con la aparente matanza de 17 civiles, en su mayoría mujeres y niños, a manos de uno de esos soldados.
La quema del Corán en febrero provocó protestas en gran escala que dejaron más de 30 civiles afganos y seis soldados estadounidenses muertos.
Muchos legisladores afganos desestimaron el jueves la posibilidad de que las nuevas fotos provoquen protestas masivas, diciendo que la población general no tiene simpatía por los atacantes suicidas.
“Es diferente a que un soldado estadounidense salga a matar niños o que los estadounidenses quemen el sagrado Corán. Estas cuestiones y los atacantes suicidas son algo completamente distinto”, explicó Haviz Mansour, legislador de la provincia de Panjshir.
AP