Aborto y matrimonios gay son dos de los temas sociales más delicados y espinosos, que suman pero también pueden restar muchos votos, a los que cualquier político se enfrenta, en especial si estamos en tiempo electoral.
Quizá por este motivo, y sabedor de que temas de esta índole no aceptan posturas diplomáticas -o políticamente correctas- que contenten a todos, el abanderado del Movimiento Progresista a la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, prefirió pasar de puntillas por el asunto durante su reunión ayer con la jerarquía católica en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), celebrado en Lago de Guadalupe, Estado de México.
Al salir de la reunión con los obispos, López Obrador dijo que esos temas “espinosos” los consultará en su momento con la ciudadanía, y reiteró que su República Amorosa “busca la reconciliación, que haya armonía en estos temas que son muy polémicos”. Pero del aborto y los matrimonios gay, ni una palabra.
La que sí se pronunció, fue la abanderada panista Josefina Vázquez Mota, quien reiteró la consabida convicción de su partido de “proteger y defender la vida”. No obstante, segundos después, contrapuso que esta convicción no impide que defienda apasionadamente a las féminas y dijo estar rotundamente contra la “criminalización de la mujer” cuando ésta decide interrumpir su embarazo.
Según publica la revista Proceso, el discurso de la panista ante los más de 100 obispos y arzobispos de México fue mucho más contundente. Tanto, que incluso el semanario entrecomilla declaraciones atribuidas a la panista, en la que ésta afirmaría de manera inequívoca frases como “estoy en contra del aborto” o “yo vengo de un matrimonio conformado por un padre y una madre, por un hombre y una mujer. Es el único matrimonio que conozco y el único que defenderé”.
Hoy le toca el turno al priista Enrique Peña Nieto, un declarado católico, quien se reunirá con la cúpula eclesiástica para intercambiar puntos de vista y opiniones acerca de su proyecto político para el país. La pregunta al respecto es, si preferirá evitar el tema como López Obrador –al menos de cara a los medios y los votantes-, o si por el contrario mostrará una postura clara sobre su convicción y la del partido que representa acerca de estos temas que tanto preocupan a la sociedad… y a la Iglesia.