Una coalición de al menos 70 países se comprometió el domingo a proveer millones de dólares mensuales y equipo de comunicación para rebeldes sirios y activistas de la oposición, una señal de una mayor participación en el conflicto en medio de una creciente creencia de que la diplomacia y las sanciones no podrán por sí solas poner fin a la represión del régimen de Siria.
El cambio de estrategia de Occidente y el mundo árabe hacia un intento por equilibrar el imbalance militar en Siria, donde el ejército fuertemente armado del régimen supera a las fuerzas rebeldes, trae consigo riesgos regionales debido a que la crisis en Siria se asemeja cada vez más a un conflicto de poderes que podría exacerbar las tensiones sectarias.
El viraje se da luego de un año de diplomacia fallida que parecía haber llegado al final de su camino con un plan de paz encabezado por Kofi Annan, enviado de Naciones Unidas y la Liga Arabe.
De hecho, la secretaria de Estado norteamericana Hillary Rodham Clinton y otros participantes en la reunión sobre Siria, que se lleva a cabo en Estambul, coincidieron al plantear sus preocupaciones de que el plan de Annan podría ser contraproducente, y que el presidente Bashar Assad trataría de manipularlo para alargar su periodo en el poder.
Participantes en la conferencia de Estambul dijeron que Arabia Saudí y otras naciones del Golfo Pérsico buscan crear un fondo multimillonario a fin de pagar los salarios de los miembros del insurgente Ejército Libre Sirio y a los soldados que deserten del régimen para unirse a la oposición.
Los participantes en la conferencia confirmaron la existencia del plan a condición de guardar el anonimato, ya que aún no han sido ultimados los detalles.
Con información de AP