Una corte de Maryland resolvió la semana pasada que el gobierno de Estados Unidos no necesita una garantía para obligar a un proveedor de celular a revelar más de seis meses de datos de los movimientos de uno de sus clientes. Dos personas han sido acusadas por de robo a mano armada y una pieza clave de evidencia en su contra era información sobre sus movimientos a través del celular. La publicación en línea Ars Technica describe el debate desatado sobre la validez del uso de estos datos contra personas bajo un proceso legal.
Los acusados habían buscado suprimir la evidencia de su localización porque el gobierno no consiguió un permiso antes de buscar la información con los proveedores de la red. Sin embargo, el pasado jueves, el juez Richard D. Bennett resolvió que una autorización no es requerida para obtener los registros de localización de celulares (CSLR, por sus siglas en inglés) de un proveedor de internet móvil.
Las cortes a través de Estados Unidos han estado luchando con esta cuestión y el gobierno ha estado en una racha ganadora. Mientras una corte resolvió el año pasado que dar esta información exigiría violar la cuarta enmienda a la constitución estadounidense, mientras la mayoría de las otras cortes llegan la conclusión opuesta.
El gobierno de Obama puso su postura en un comunicado de materia legal del mes pasado, donde arguye que los consumidores “no tienen interés en la privacidad” en el tema del registro de la localización de celulares por un proveedor. Bajo el principio legal conocido como la “doctrina del tercero”, la información revelada voluntariamente a un tercero deja de disfrutar la protección de la cuarta enmienda estadounidense. El gobierno de EU disputa el hecho de que esta regla aplique a los registros de la localización de los teléfonos celulares recolectada por un proveedor de red.
Mientras esto podría ser una lectura plausible de los antecedentes, las implicaciones sin alarmantes, afirmó. Mientras, por un lado, los registro de localización de celulares no son tan detallados como la información que pueda ser reunida por medio de un GPS, además los meses de información pueden revelar y hospedar información sensible sobre los movimientos de una persona. Si la doctrina del tercero permite al gobierno obtener la información sin permiso, esto es un argumento para reconsiderar para reconsiderar el argumento del tercero.
La administración Obama dio su argumento en un caso en Texas que estaba a cargo de la Corte del Quinto Distrito de Apelaciones de EU. El gobierno había aplicado pedido un citatorio legal contra MetroPCS y T-Mobile para que entreguen 60 días de información de localización sobre dos teléfonos que se cree que pertenecen a dos sospechosos en un caso relacionado con drogas. Un juez negó la petición resolviendo que el gobierno necesitaba dicha orden para obtener esta información sobre la localización.
En una opinión algo extensa, el magistrado Stephen Smith, que ha emergido como uno de los principales defensores de una supervisión legal más estricta que implica revisión judicial de la vigilancia electrónica, concluyó que “obligar la revelación de datos de localización de celulares viola la cuarta enmienda.”
La opinión del juez Smith llamó la atención sobre el testimonio que Matt Blaze, un científico informático muy relevante de la Universidad de Pennsylvania, dio al congreso en 2010. Blaze arguyó que mientras la cantidad y la sofisticación técnica de las torres de celulares se incrementen, las compañías de celular son capaces de recolectar mayor información precisa sobre la localización de sus clientes. “Bajo algunas circunstancias, la última generación de esta tecnología permite a la red calcular la localización con una precisión que se acerca a la de los GPS.”
En su informe, el gobierno de Obama culpó al juez Smith por confiar en el testimonio de Blaze sin realizar una audiencia que pudiera haberle permitido presentar evidencia contraria y argumentó que las observaciones de Blaze no aplican a la información que busca en el caso en Texas. De acuerdo con el gobierno, T-Mobile y MetroPCS sólo retienen información sobre la localización de un teléfono al principio y al final de una llamada telefónica, no cuando el teléfono está inactivo. Además, la información que T-Mobile y MetroPCS han recolectado es mucho menos precisa que el máximo teórico que planteó Blaze.
Blaze, entrevistado por Ars Technica afirmó que él no estaba disponible para comentar sobre las especificaciones de las redes de T-Mobile o MetroPCS. Sin embargo, cuestionó el conocimiento de tomar decisiones que potencialmente sentarán precedentes basados en información de localización con baja calidad poseída por una empresa de telefonía. Otras firmas podrían tener información más precisay toda la información de las empresas probablemente se vuelva más precisa conforme las torres de las telefónicas se vuelvan de mayor densidad y más sofisticadas.
Blaze también hizo notar que el creciente uso de picocélulas y femtocélulas (unidades que constituyen una red 3G), las cuales están diseñadas para proveer cobertura a un edificio o a un solo piso, significa que el registro de localización vía celulares podría llegar a una precisión extrema algunas ocasiones y que si las telefónicas obtienen o no esta precisión localizando a sus clientes, sólo depende de la tecnología y se sabría sólo si se abren los registros de las empresas.