Los demócratas de la Comisión de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Casa de Representantes publicarán hoy un informe sobre la operación “Rápido y Furioso”, en el que se concluye que los agentes del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos (ATF) que operaron en Arizona fueron los principales responsables de las tácticas utilizadas en el investigación, así como de proporcionar información falsa al Congreso.
De esta forma, según informa The New York Times, este reporte deslinda a altos funcionarios de la administración del presidente estadounidense Barack Obama:
“Este informe echa por tierra muchas teorías de conspiración sin fundamento… El comité no ha encontrado evidencia que muestre que la operación ‘Rápido y Furioso’ fue una operación políticamente motivada, dirigida y concebida por los altos funcionarios de la administración de Obama en el Departamento de Justicia”, señaló al diario estadounidense, Elijah E. Cummings, representante demócrata del estado de Maryland.
En un informe de 89 páginas, titulado “Fatalmente fallido: Cinco años de dejar caminar las armas en Arizona”, el equipo demócrata retrata a “Rápido y Furioso” como la cuarta investigación, que se remonta a 2006, en el que agentes de la ATF con sede en Arizona han utilizado fallidamente la misma táctica de “caminar las armas” con la intención de detectar armas adquiridas ilegalmente.
Asimismo, los demócratas dijeron que la operación fue un esfuerzo equivocado durante los gobiernos de George W. Bush y Barack Obama.
Sin embargo, el impacto político de la conclusión en la que se exonera a los funcionario es limitado debido a que el informe fue hecho por los demócratas, señala de NYT.
El informe sigue a una investigación de un año y se espera que difiera drásticamente de las conclusiones de los republicanos, quienes este martes interrogarán al secretario de Justicia, Eric Holder en una audiencia ante el comité.
Según el informe de la ATF, hace seis años sus agentes en Phoenix idearon una táctica arriesgada de permitir el paso de armas en un esfuerzo infructuoso por rastrear redes más grandes de tráfico de armas a partir de los compradores menores.
Pero durante el operativo, los agentes federales perdieron el rastro de muchas armas. Dos de ellas compradas en una armería en Phoenix fueron recuperadas en el lugar donde ocurrió un tiroteo donde murió el agente fronterizo estadounidense Brian Terry.
Leer la nota original en The New York Times.