Peña Nieto propone para Pemex “medidas audaces” (pero no dice cuáles)
A diferencia de lo que ocurrió hace poco más de dos meses, cuando ante un grupo de 700 empresarios Enrique Peña Nieto se pronunció a favor de “abrir” Petróleos Mexicanos (Pemex) al sector privado, en la reunión que sostuvo este jueves con la cúpula del Sindicato Petrolero el candidato del PRI a la Presidencia de la República no tocó el tema. Apenas si se pronunció por asumir “medidas audaces” para lograr la transformación de la paraestatal, sin embargo, el exgobernador mexiquense no explicó cuáles.
Cobijado por más de 700 trabajadores sindicalizados de Pemex, el candidato llegó con una hora de retraso, acompañado del líder del Sindicato Petrolero, Carlos Romero Deschamps, quien hasta agosto de 2011 se encontraba sujeto a proceso penal por el supuesto desvío de mil 500 millones de pesos de la paraestatal a la campaña del que fuera en 2000 el candidato presidencial del PRI, Francisco Labastida Ochoa. Ante la falta de acción de la Procuraduría General de la República (PGR), el delito por el que era acusado finalmente prescribió.
Al son del mariachi y vitoreado por la cúpula sindicalista -cuyos integrantes se paraban de sus asientos para lanzar porras cada que escuchaban su nombre-, Peña Nieto agradeció las muestras de apoyo saludando con la mano a los asistentes del encuentro, mientras Romero Deschamps escoltaba el caminar del candidato que en esos momentos recorría el salón de la sección 34 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) en la delegación Azcapotzalco.
II
A la cita llegaron temprano. Desde las 14:00 horas, la cúpula sindical petrolera, venida de todo el país, llegó al salón donde dos horas más tarde se reunirían con el candidato presidencial del PRI, aun cuando el encuentro estaba programado para las 15:00 horas.
Manteles blancos, copas cristalinas con vino y platos de porcelana formaban parte de la parafernalia que los sindicalistas montaron para esta primera cita.
La mayoría de los invitados eran hombres. Sólo muy pocas mujeres compartían la mesa con sus compañeros sindicalistas, quienes sonreían y platicaban abiertamente mientras la música del mariachi no dejaba de tocar.
Animal Político se acercó a una de las mesas con el ánimo de platicar con 10 de los hombres ahí reunidos, quienes se quedaron helados con las dos preguntas que se les hicieron. La primera, con la intención de conocer cómo ha sido el trato de la administración de Felipe Calderón con el Sindicato y, la segunda, para saber lo que pensaban sobre las declaraciones que en octubre pasado hizo Peña Nieto al señalar la necesidad de abrir Pemex a la iniciativa privada.
“Con todo respeto, pero para eso hay un departamento de comunicación”, respondió un hombre de cabello y bigote cano vestido con una chamarra color vino, que tras la insistencia sólo respondió a la primera pregunta. “Ha sido de mucho respeto. El Sindicato (Petrolero) siempre ha sido priista, pero hemos logrado una sana convivencia con la actual administración”.
Los demás petroleros sentados en la misma mesa que este hombre le guardan mucho respeto, al grado de nunca hablar antes que él. Este hombre era uno de los líderes regionales del sindicato, que tras la llegada de Peña Nieto formó parte de la comitiva para recibirlo.
III
Carlos Romero Deschamps fue el primer orador del encuentro. Con una incipiente barba y vestido con pantalón caqui, camisa blanca y chamarra color vino, se dijo entusiasmado por la visita del candidato a quien calificó como el representante de una generación cuya vitalidad e ideales “permitirán rescatar al país de la postración y el azoro”.
En cinco minutos, el líder petrolero habló de las cualidades que observa en Peña Nieto para después enumerar los rezagos de Pemex en los últimos años y las fallas que ha tenido con el actual gobierno.
“Asombra saber que sólo en esta administración los recursos generados por la venta de crudo casi duplican el saldo total de la deuda externa del Sector Público Federal”, expresó Romero Deschamps, mientras los sindicalistas se paraban de los asientos para ovacionarlo cada vez que hacía énfasis en las fallas que enumeraba.
El momento de mayor frenesí fue cuando habló de los puntos que Peña Nieto debe tomar en cuenta en caso de ganar la Presidencia para mejorar la operatividad de Pemex: “Modificar la política de financiamiento, reducir el impacto de los impuestos, fortalecer su capacidad de ejecución de proyectos, agilizar la intransitable maraña regulatoria que permita la eficiente gestión de la empresa (y) cambiar el esquema de operación de su Consejo de Administración”.
IV
Sin la corbata roja y el traje negro que suele llevar a los eventos organizados en la sede nacional del PRI, sino con un toque más casual, Enrique Peña Nieto fue el último de los oradores. Antes, en un breve discurso, Pedro Joaquín Coldwell, presidente del tricolor, agradeció a los ahí reunidos -a quienes llamó el “sindicato más importante del proletariado nacional”- por el apoyo brindado al partido y a su candidato, de quien se refirió como el “próximo Presidente de la República”.
Con tono pausado y cuidadoso de su intervención improvisada, el candidato se dijo consciente de los “rezagos” que enfrenta la industria petrolera del país, comprometiéndose a asumir “medidas audaces” para que Pemex siga siendo detonante del desarrollo en México, pero no dijo cómo se lograrían esos objetivos.
De la apertura de Pemex a la iniciativa privada tampoco expresó ni una sola palabra, aun cuando en octubre de 2011 se mostró a favor de ello.
Poco antes de finalizar su discurso, Peña Nieto agradeció la oportunidad de reunirse con el gremio petrolero y dijo que su objetivo es darse a conocer como candidato y los temas neurálgicos de su campaña, aunque no lanzó una propuesta clara para sacar a Pemex de lo que él considera un periodo de rezago.
