Milenio destaca que a pesar de que el gobierno federal ha logrado debilitar algunos grupos del crimen organizado, dichas acciones han sido aprovechadas por el cártel de Sinaloa, que encabeza Joaquín El Chapo Guzmán, quien ha tomado el control de los territorios de sus mayores enemigos.
La caída de líderes y operadores de los cárteles de La Familia, de Tijuana y los Beltrán Leyva, y el proceso de desarticulación del de Juárez, propició que El Chapo y su socio, El Mayo Zambada, comenzaran a tomar el control de puntos estratégicos para el trasiego de drogas, como Ciudad Juárez, Acapulco, Tijuana y el puerto de Veracruz.
Funcionarios de la Procuraduría General de la República aseguraron que la verdadera disputa territorial en el país es entre el cártel de Sinaloa y Los Zetas, considerados los más violentos.
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