Milenio publica que Jaime Galván fue testigo del enfrentamiento sobre la autopista México-Acapulco el pasado 12 de diciembre, cuando estudiantes normalistas de Ayotzinapa se enfrentaron con la policía. Escondido desde entonces, habló con el diario sobre lo que vio y vivió ese mediodía.
El Diablo, como lo conocen, es testigo protegido de la Procuraduría General de Justicia del estado. Laboraba hasta el día del enfrentamiento como mecánico en un terreno ubicado justo frente a la gasolinera incendiada. Ahora, por sus declaraciones, dice, su vida está en riesgo.
“Estaba en mi taller y empezaron a llegar muchos camiones de pasajeros. Comenzaron a obstruir el paso de la carretera. Llevaban las caras tapadas con pañuelos, camisas”, señaló el testigo.
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