El Universal publica hoy que la guerra entre grupos de la delincuencia organizada que se disputan las rutas del trasiego de la droga y el control por las redes de protección, se refleja en cárceles administradas por los gobiernos estatales y municipales, donde las riñas entre internos dejaron al menos 124 reos muertos en el último año.
En 2012 la cifra negra comenzó en el penal de Altamira, Tamaulipas, donde el miércoles pasado 31 internos murieron en una riña que supuestamente se originó por la disputa del control de actividades ilícitas dentro de la prisión. En los primeros cinco días del año se reportaron además dos fugas en Sinaloa y Jalisco, y el miércoles una riña en el penal de Santa María Ixcotel, en Oaxaca, que según las autoridades logró ser controlada a tiempo.
En el año que terminó, los penales que registraron las riñas más sangrientas se ubican en Tamaulipas, Durango, Nuevo León y Chihuahua. En enero de 2011, una pelea en el Centro de Readaptación Social 2 de Gómez Palacio, Durango, dejó 11 muertos por heridas con arma blanca. Este centro ha estado en el ojo del huracán después de que quien fuera su directora Margarita Rojas Rodríguez fuera cesada en 2010 y arrestada por permitir que un grupo de presidiarios abandonara el recinto y usara vehículos oficiales y armas de los guardias para realizar varios asesinatos.
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