El diagnóstico realizado por un grupo internacional de organizaciones de derechos humanos es aterrador.
Los ataques contra las mujeres que trabajan defendiendo los derechos humanos en México han aumentado en los últimos años; particularmente en Chihuaha, Nuevo León, Oaxaca, Chiapas y Guerrero.
Una investigación realizada en conjunto por Asociadas por lo Justo, Consorcio Oaxaca y Red Mesa de Mujeres de Ciudad de Juárez, estableció que un 76 por ciento de las activistas encuestadas son víctimas de violencia.
Según las mujeres, ellas sufren más ataques que sus pares del género masculino. El informe muestra que un 40% de las veces se trata de violencia sexual y un 12% son amenazas contra la familia.
Entre 2010 y 2011 se han documentado al menos ocho asesinatos a defensoras de derechos humanos en México y a siete periodistas mujeres.
“Es una situación de emergencia”, dijo Lisa VeneKlasen, directora ejecutiva y cofundadora de Asociadas por los Justo, organización que lucha por los derechos de la mujer en 32 países y que coordinó el informe.
Según VeneKlasen, el aumento de la presencia de militares y policías ha aumentado la violencia contra las mujeres y contra las defensoras de los derechos humanos, en vez aumentar la seguridad.
“Lo realmente aterrador es que la policía perpetúa estos abusos el 75 por ciento de las veces, según nuestra investigación. El narco y los carteles de droga son acusados por la mayor parte de la violencia, lo que justifica la parálisis del gobierno en investigar y perseguir estos crímenes. Y cuando las mujeres siguen los casos, reciben amenazas de muerte. Muchas de las defensoras con que hablamos han perdido tres, cuatro y hasta cinco familiares en los últimos diez anos”, dijo VeneKlasen.
Según el estudio, el gobierno no está protegiendo a las defensoras de derechos humanos ni a las mujeres, si no que por el contrario, es el Estado mismo quien en un 70 por ciento de los casos es responsable de la violencia contra ellas y de la obstaculización de su trabajo.
Para luchar contra esta realidad, una delegación internacional de activistas por los derechos de la mujer, liderada por la Iniciativa de las Mujeres Premio Nobel, realiza una gira de diez días en México, Honduras y Guatemala.
La delegación está formada por Jody Williams y Rigoberta Menchú Tum, nobeles de la paz en 1997 y 1992 respectivamente, y activistas, políticas, periodistas y artistas de Estados Unidos, Canadá, México, Guatemala y Honduras.
Los objetivos son apoyar y dar más visibilidad a la violencia contra las mujeres y las defensoras de derechos humanos en la zona y presionar a los gobiernos para que cumplan su responsabilidad de proteger e investigar los crímenes.
“Yo no quiero escuchar que van a hacer más comités de investigación o todas esas ondas que dicen que van a hacer. Ya después de años y años y años de eso, no necesitamos escuchar más el mismo rollo”, dijo Jody Williams, presidente de Iniciativa de las Mujeres Premio Nobel. “Queremos ver acción. Las familias que están sufriendo en este país quieren ver acción, las mujeres violadas por policías y militares en este país quieren ver justicia”.
La delegación se reunió el miércoles 24 de enero con representantes de embajadas en México, con la ministra de la Corte Suprema de Justicia Olga Sánchez Cordero, con la comisionada Dylcia García, de la comisión para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres en Ciudad de Juárez, con la Procuradora general de la Republica Marisela Morales Ibáñez y con la fiscal especial Angélica Herrera Rivero.
Una de las exigencias concretas es que el gobierno mexicano cumpla con las sentencias emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos y las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
“Hay recomendaciones prácticas, claras y concretas para los gobiernos. Pero las autoridades no las están tomando en cuenta, no están investigando, no están protegiendo”, dijo VeneKlasen.
Williams explicó que el gobierno no ha hecho caso de estas recomendaciones porque, según dijo, todos están implicados.
“Todos se dan cuenta que si de veras dan justicia y terminan con esta impunidad, todos van a estar en la cárcel”, dijo Williams. “El gobierno no hace nada porque no quiere hacer nada”.
Las mujeres aseguraron que solo es posible lograr un cambio si el gobierno siente el costo político de no actuar, y que eso solo será posible mediante la presión continua de organizaciones locales e internacionales.
“Las defensoras siguen siendo invisibles, siguen siendo ilegitimadas. Por eso estamos usando nuestros contactos y capacidad para hacerlas más visibles”, explicó VeneKlasen.