Ayer, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, los escritores Carlos Fuentes y José Emilio Pacheco, el artista plástico Vicente Rojo, Carlos Slim y Fernando Canales, elogiaron la obra literaria de quien fuera considerada una de las figuras más significativas de la cultura mexicana en el siglo XX: Fernando Benítez (1912-2000), en vísperas del centenario de su natalicio.
Durante sus discursos, cada uno de los participantes habló de las aportaciones de Benítez a la cultura mexicana, aunque, de paso, José Emilio Pacheco le dio un rasponcito al candidato priista a la Presidencia de México, Enrique Peña Nieto.
Y es que al hablar de que la sección de cultura en la prensa mexicana “ha vuelto a ser lo que era antes de Benítez: el patito feo, paginita escondida entre las secciones de espectáculos”, Pacheco se refirió a Peña Nieto cuando atribuyó a Enrique Krauze una obra de Carlos Fuentes, durante la pasada 25 edición de la Feria Internacional de Libro de Guadalajara.
El problema no es sobre la literatura, sino sobre la cultura, pero “pobre, yo no quisiera ensañarme con ningún caído, pero a mí me parece una auténtica tragedia no de este señor, sino de México; un fracaso de todos los que trabajamos en la cultura mexicana”, manifestó.
Pacheco reprobó a quien lo defiende aduciendo que qué importancia tiene que lea o no, si él aspira a ser Presidente y no académico de la lengua, pero recordó que la lectura genera lenguaje y que los límites del lenguaje son los límites del pensamiento.
Recordó que Los Indios de México representa la columna vertebral de toda la obra de Benítez y agregó que “si hubiéramos sabido leerla y aprovecharla, sería otro el panorama atroz que se nos presenta en el 2012”.
“Este señor (Peña Nieto) se va a enfrentar así a este país tan difícil en los próximos seis años, ¿a dónde vamos a llegar?”, cuestionó Pacheco.
El autor de Las Batallas en el Desierto afirmó que a 11 años de la muerte de Benítez no se ha aprovechado su obra, por lo que sostuvo que el mejor homenaje que se le puede rendir “es releerlo”.
“No dejarlo morir en la oscuridad de los libros cerrados y hoy como siempre leerlo. Veremos hasta qué punto Benítez sigue siendo el más vivo y actuante de todos”, concluyó.
Al tomar la palabra, el escritor Carlos Fuentes celebró el homenaje y afirmó que el mayor orgullo del periodista e impulsor de la carrera de varios escritores como Carlos Monsiváis o Elena Poniatowska, entre otros, “fue ser periodista”.
El autor de obras como La región más transparente recordó la amistad que tuvo con Benítez, al tiempo que rememoró viejas anécdotas al lado del también periodista, muchas de las cuales despertaron las carcajadas de los presentes.
“Su personalidad rebasaba aunque informaba cualquier profesión, pues era pequeño y bravo, contaba que su madre le había dicho alguna vez: eres feo hijo, pero tienes cara de gente decente”, dijo Fuentes al tiempo que recordó a Benítez como un personaje a cuyos amigos llamaba “hermanitos” y a las mujeres “princesas”.
Dijo que a caballo, en burro o a pie, Benítez cruzaba desiertos y escalaba montañas para documentar al México olvidado: Huicholes, tepehuanes, coras, mixtecos y mazatecos, personajes que, dijo, “muchos de los cuales estaban muriendo y siendo víctimas del abuso, la injusticia, la soledad, la miseria y el alcohol’.
Indicó que Benítez dio formato y contenido a una vida cultural que emergía del conocimiento de sí misma, “que fue la hazaña cultural de la Revolución y se dirigía al conocimiento del mundo, abrazando de manera especial a la migración republicana española”.
De manera emotiva, Fernando Canales leyó una pequeña biografía del intelectual y elogió la obra del autor de obras como Los demonios en el convento y le dedicó diversos adjetivos para calificar la personalidad del homenajeado.
Un hombre, dijo, apasionado de la vida, amante de la historia, la geografía, el arte, la cultura, la docencia, la buena mesa, las mujeres el sentido de humor y el periodismo.
Por último, Carlos Slim recordó cómo fue que conoció a Benítez en la década de los 80 y rememoró aquellos viajes que realizaron juntos por diversos estados del país, entre ellos, Chiapas, Veracruz y el norte de México.
Dijo que a pesar de las adversidades, Benítez era un hombre que disfrutaba de la vida, “de los éxitos y los fracasos”. Mantenía un gran amor por la vida y por México, concluyó.
Ante una sala casi llena, los ponentes recordaron con cariño al escritor, editor, antropólogo, etnólogo e historiador mexicano, al tiempo que aseguraron que el mejor homenaje que puede recibir el Premio Nacional de Periodismo de México en divulgación cultural de 1986, es leerlo continuamente.
Fernando Benítez fue ensayista, narrador, dramaturgo y diplomático. Incansable periodista y promotor cultural, fundó y dirigió la Revista Mexicana de Cultura, México en la Cultura, La Cultura en México, Sábado, La Jornada Semanal y La Jornada Libros
Con información de Ntx y Reforma.