La maldición
La entrevista está por terminar y Porfirio Muñoz Ledo intenta adivinar la última pregunta, adelantando su respuesta: “¡Julio Verne! ¡Eso es lo que se debe decir! Las lecturas que se hacen en la infancia son las que más impactan, ya que eres como una página en blanco.”
–Pudo decir El Leviatán, de Hobbes, y pararse el cuello –se le sugiere.
–No –responde el diputado federal y aspirante a la candidatura de izquierda al gobierno capitalino–, porque eso no sería cierto, y en esto la sinceridad es muy importante, aunque la pregunta está mal formulada, porque no se puede restringir todo a tres libros… en mi infancia, por ejemplo, todos los libros de Verne son fundamentales, una vez, incluso, (ya como estudiante del doctorado en Derecho) presenté un trabajo en el Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de París, que causó sensación, porque probaba que ningún héroe de las novelas de Julio Verne era francés…
El exsecretario de Educación entre el 76 y 77, presidente nacional del PRI, un año antes, y también del PRD, casi dos décadas después, exembajador de México ante la ONU y luego ante la Unión Europea, entre un caudal de otros cargos públicos y políticos, pasa por la novela moralista de Rudyard Kipling, a Salgari, y de ahí se va a Platón, los clásicos griegos, El Quijote, las tragedias inglesas, y en una vuelta fugaz a su juventud, por la poesía de Gorostiza, López Velarde y Pellicer, o Neruda, García Lorca y César Vallejo.
“Yo pertenezco a una generación de letras, y les pido a los otros políticos que digan lo mismo. Ya en Francia, me gustó la literatura universal, casi me dedico a ella profesionalmente. Pero no necesariamente era una novela lo que más me impactaba en ese momento. De la obra de Sartre, al que yo conozco todo, lo tengo todo, el ensayo me impactaba muchísimo, así como la obra filosófica, El ser y la nada, o La crítica de la razón dialéctica.”
Luego vino el síntoma de contagio de este mal que, en los últimos días, parece incontenible.
“De los alemanes me gustó a veces la literatura, a veces el ensayo. Los poetas como Oscar María Rilke…”
Muñoz Ledo intenta continuar, mantener la fluidez de sus palabras, sigue diciendo algo así que todo esto prueba que hay algo en él… una formación literaria… pero también algo… algo que no dice, y que le está haciendo ruido en la cabeza, hasta que por fin encuentra lo que es, cierra de tajo la idea malhecha que mascullaba y alza la voz: “Rainer María Rilke, perdón… ¡Rainer!”.
Círculo virtuoso
Entrevistado en sus oficinas de la Cámara de Diputados, el legislador hace una evaluación optimista del reacomodo de fuerzas al interior de la izquierda, que permitió un proceso terso para la selección del candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, quien contenderá en 2012 bajo las siglas del Movimiento Progresista (coalición formada por el PRD, el PT, el partido Movimiento Ciudadano, y la agrupación lopezobradorista Morena).
“Hemos iniciado, sin duda, un círculo virtuoso –afirma Muñoz Ledo– que, cuánto nos dure, no lo sé… pero contra todos los pronósticos, se impuso la república amorosa, esto es: la paz entre los distintos sectores”.
En el método de encuestas, en vez de elecciones internas, destaca, se halló “la única solución decente y práctica”, ya que los partidos de izquierda no están en condiciones de librar un proceso de elección interno regular, “si se acaban de dar hasta con la cubeta en el PRD”, recuerda, en relación con la renovación de su consejo nacional.
Y esta paz, abunda, pasa por terminar con el “régimen partidocrático”.
“Siguiendo el modelo uruguayo, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard (el otro aspirante de izquierda a la candidatura presidencial), lograron el acuerdo más importante de todos: conformar un partido-frente”,
Unificación
Luego de las elecciones de 2012, e independientemente de sus resultados, el acuerdo entre las fuerzas de izquierda es que “desaparezcan los partidos (de izquierda actuales) y sólo habrá el partido-frente, eliminándose así la partidocracia“, señala quien fuera representante del gobierno foxista, en el sexenio pasado.
“La manifestación más perversa del fracaso de la tradición democrática –reflexiona–, no la peor, ya que la peor es la corrupción, es la violencia, es la estulticia… pero la más perversa es que la partidocracia mató el proceso democrático que iniciamos en 1988.”
Y abunda: “En el país se ha agotado el régimen partidocrático, que fue un invento para la transición, pero la transición falló y este régimen es inservible… En la izquierda, no obstante, muchos vimos con suficiente anticipación que la expresión partidista de izquierda es pequeñita, en tanto que la izquierda social es muy grande y muy importante”, razón por la cual incluso los partidos de izquierda deben dejar de “estorbar” y permitir que se exprese la sociedad “progresista”.
“Yo no veo –ejemplifica–, a ningún integrante del movimiento de Javier Sicilia votando por el PAN, o por Enrique Peña Nieto, los veo votando por Andrés Manuel López Obrador.
–¿Y los ve votando por Mario Delgado (otro de los aspirantes con los que se disputa la candidatura al GDF)?
El legislador da un respingo.
–No entremos en disputas internas, aunque ese es un tema importante. Aún no hay candidato al gobierno de la ciudad, por eso tenemos que tener mucho cuidado en la elección capitalina.
Acuerdo “progresista”
Para la elección del candidato de izquierda a la Jefatura de Gobierno del DF, se cuenta ya con un formato pactado entre los partidos que integran el Movimiento Progresista (PRD, PT, Movimiento Ciudadano, así como el grupo lopezobradorista Morena), para realizar una encuesta en la que participen dos aspirantes por cada fuerza política, afirma Muñoz Ledo, al abordar el punto.
“El acuerdo es que todas las candidaturas se resuelvan tal como se hizo con la presidencial, por encuesta, con un tope de ocho aspirantes, aunque antes –protestó–, en el caso de la Ciudad de México debe salir la convocatoria.”
Sin la convocatoria, y por lo tanto sin las normas para la promoción de los aspirantes, Muñoz Ledo reconoce que no puede acusarse a nadie de estar incurriendo en anomalías, aunque falte, acusa, equidad en la contienda.
“Hay más de 60 millones de pesos en publicidad exterior, arriba de edificios y colgando de puentes, entre espectaculares, mantas y banderines, y eso no es correcto, pero cuando no hay normas, todo mundo hace lo que le da la gana.”
Y ninguno de esos anuncios, destaca, es suyo.
“Estoy esperando que se lance la convocatoria, urge…”
–Y el no haber hecho promoción de sus aspiraciones, hasta la fecha, ¿lo ha dejado fuera de la contienda?
–Yo no me he propostulado –responde, serio–, porque no creo en eso… si me equivoqué, me equivoqué…